La obra de Miguel López, El Hematocrítico, es muy extensa y abarca la literatura infantil, sus proyectos en redes sociales, libros de divulgación para adultos, cómic, participación en charlas TEDx, voluntariado en causas de alto compromiso social y, sobre todo, participación en causas de alto contenido humorístico. En general, y utilizando un adjetivo que a él le encantaba, todo tipo de proyectos descacharrantes.
Aquí vamos a centrarnos en sus libros de literatura infantil y dar algunas respuestas a la pregunta “¿Por qué leer (y releer) a El Hematocrítico?”.
Son solo siete razones. Seguro que sus lectores podéis añadir unas cuantas más.
1) Por diversión. Leer por el placer de leer. Sus libros nos arrancan sonrisas y más de una carcajada. Parten de una situación o planteamiento ya de entrada divertido. Un duro capitán pirata recibe la visita de su abuela (Barbabuela), un grupo de alumnos viven épicas aventuras en el nada épico escenario del recreo (Leyendas del recreo), un lobito no quiere seguir la tradición carnívora y feroz de la familia (Feliz Feroz)… Y así muchos otros.
2) Por la calidad de los textos y la estupenda imbricación de estos con las ilustraciones. Hematocrítico es un maestro con los diálogos, con las situaciones sorprendentes y los giros, a menudo desternillantes, de la trama. Además, sus textos están pensados para acoger y potenciar la ilustración. Esa combinación de palabra e imagen convierte sus libros en perfectos artefactos de diversión masiva.
3) Por la cultura popular. Hematocrítico, gran lector y cinéfilo, introduce en sus libros numerosísimas referencias a la cultura pop. Esto lo hacen muchos autores, pero en su caso encontramos una particularidad: Hematocrítico ensancha la cultura pop. Utilizando el humor como principal herramienta, sus referencias pop nos llevan a una frontera maravillosa donde conviven con naturalidad Casper y David Lynch, Bad Bunny y Beethoven, Colombo y las estructuras de cuento tradicional analizadas por Vladimir Propp.
4) Por su bondad gamberra. Sus libros tienen la excepcional virtud de resultar transgresores desde la bondad. Es un don muy poco común. Los lectores tenemos la sensación de haber compartido una travesura, habernos adentrado en el territorio de lo incorrecto, disfrutamos de haber pisado el césped donde estaba prohibido, pero siempre desde la bondad, la amistad y la generosidad.
5) Por su conexión con las infancias. Infancias, en plural. Que los libros de Hematocrítico conquistan a los lectores infantiles es un hecho que está fuera de toda duda. En muy diversas edades y, a través de las traducciones, en muy diversos países. Hematocrítico consigue algo más. Gracias a su talento, y sin duda a su personalidad y a su experiencia como maestro, sus libros tienen una conexión directa con las infancias de los lectores, presentes y pasadas. Por eso los lectores adultos disfrutamos también de sus libros. Si Antonio Machado hablaba de la poesía como “palabra esencial en el tiempo”, las historias de Hematocrítico contienen “infancia esencial en el tiempo”. (Si alguno lo estáis pensando, estáis en lo cierto: Miguel me hubiese hecho al instante cien bromas por utilizar esta pomposa comparación).
6) Por dar hambre. Los libros de Hematocrítico satisfacen pero no sacian. Es una cualidad a la que aspiramos muchos escritores. Dar hambre de leer más. Leer más libros de Hematocrítico, más libros de otros autores, escuchar más música, ver más películas. Disfrutar más.
7) Porque Miguel nos ha dejado, sí. Nos ha dejado un montón de magníficos libros.
Con tu comentario, claro, agradecido, con gran valoración de tu colega y amigo, has logrado, que quiénes no lo conocimos personalmente, sintamos que también está con nosotros! Será cuestión que nos hagamos de los libros que reseñas!!!