
En su particular Historia de América Latina, la trilogía de la Memoria del fuego, Eduardo Galeano adoptó una perspectiva literaria como vía para que el lector pudiera vivir hechos del pasado en su tiempo presente. Al extraer de aquella obra los Mitos de Memoria del Fuego, que ahora publica Anaya, el autor uruguayo profundiza aún más en esa idea, sugiriendo que la vigencia de la mitología no está tanto en su comprensión del mundo como en su carácter esencialmente literario.