Ernst Jandl
Ilustraciones de Norman Junge
Lóguez, 1999
La reaparición del cuento Ser Quinto es un acierto de Lóguez, editorial especializada en Literatura Infantil y Juvenil. Se trata de un argumento muy imaginativo acompañado de un texto que aúna concisión y musicalidad y unos dibujos muy expresivos en los que tanto el color como la luz tienen un papel muy destacado. Cinco muñecos defectuosos aguardan en una sala de espera a ser atendidos por un doctor muy particular; uno tras otro entran en la consulta de la que posteriormente salen completamente rehechos. Sus actitudes en dicha sala de espera -expectación y algo de miedo- se asemejan notablemente a las que adoptamos las personas en el mundo real y aparecen reflejadas con nitidez tanto en sus rostros como en las posturas que adoptan en las sillas sobre las que aparecen sentados. Todo el cuento sigue un ritmo sutil en el que el movimiento “dentro-fuera” de los muñecos en la habitación guarda relación directa con el que adquiere la lámpara que cuelga del techo, que a su vez se mueve hacia un lado u otro dependiendo de la dirección que toma la puerta que da acceso a la consulta. Incluso se tiene la sensación de que dicha oscilación de la lámpara se corresponde con el movimiento que de las hojas del cuento hace el lector, lo que le otorga un sentido “interactivo”. Pero el ritmo no sólo está en la imagen: el propio texto basado en mensajes de carácter telegráfico tiene una cadencia propia que produce una musicalidad muy peculiar que invita a su lectura en voz alta a un público infantil que, a buen seguro, disfrutará de lo lindo. Por último, los autores hacen un homenaje al cuento de Pinocho, tanto por la identidad del último paciente (el quinto) como por la del doctor. Gracias a Lóguez por devolvernos una obra tan bellamente ejecutada.