Campo abierto

Oddmund Hagen
Ilustraciones de Akin Düzakin.
Lóguez, 2001.

El pequeño conejo está asustado, es la primera vez que está tan lejos de su casa. No puede volver ahora, porque el zorro acecha y no hay suficiente oscuridad. Será mejor esperar al valiente papá, aunque, pensándolo bien, ¿será tan valiente? ¿estará preocupado por él?

Un título metafórico que hace referencia al peligro, a la desprotección, un campo abierto libre como la sensación de miedo que el conejo siente.

La situación de angustia que vive el conejo Nick en la soledad del bosque se transmite a través de frases muy cortas, son pensamientos en voz alta que se agolpan en la mente del protagonista, entrecortados y desordenados, como el fluir de la conciencia. Áste utiliza el poder de la palabra para controlar su miedo, como si pudiera manejar la situación por el hecho de contar los sucesos como deberían ocurrir. En estos momentos de angustia, se combinan frases en las que el conejo se convence de que no debe tener miedo con otras en las que le invade la duda, que transmiten una sensación de inseguridad que conmueve al lector.

Las ilustraciones combinan una gama de verdes y marrones, que sugieren monotonía cuando el conejo se siente solo y el tiempo transcurre lentamente, con dibujos enmarcados en círculos, iluminados por una cálida luz, para los momentos en que recuerda la protección de la vida familiar.

Aunque se trata de personajes animales humanizados, mantienen formas de pensar y de comportarse propias de su especie, y Nick habla de la difícil vida de los conejos, para los que morir devorados entra dentro de la normalidad más absoluta, un aspecto absurdo que resulta trágico: ni siquiera va a ser un héroe.

El tiempo narrativo transcurre lento, con lo que se refuerza la angustia del protagonista, aunque tiene momentos de especial tensión: se oye un ruido y la ilustración invade la doble página, presentando un primer plano del conejo que casi permite escuchar el latido de su corazón. Pero no ocurre nada malo, se trata de una inofensiva muchacha que también espera al padre y, con un guiño de humor, el conejo siente no ser un humano para que vayan a recogerle también en un coche.

Los tonos de la ilustración se van oscureciendo, página tras página, y el lector percibe que llega el final ¿qué pasará? ¿llegará su papá? La historia termina con final feliz, es la valiente mamá la que acude, aprovechando la oscuridad, a salvar a Nick.

Un libro de compleja lectura que dice mucho e invita a pensar, muy interesante para lectores formados o para compartir con el adulto.

1 comentario en “Campo abierto

  1. Anónimo
    23/05/2009 a las 11:59

    que bien estan muy chevere

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