Alicia en el País de las Maravillas / La Cenicienta (facsímiles)

La CenicientaAlicia en el País de las Maravillas
Lewis Carroll
Ilustración de Joaquín Santana Bonilla
Estudio introductorio de Antonio Orlando Rodríguez
Ediciones Universidad de Castilla-La-Mancha, 2015
(Edición original: Editorial Rivadeneyra, c. 1921)

La Cenicienta (y el zapatito de cristal)
Ilustraciones de Federico Ribas
Estudio introductorio de Pedro Cerrillo
Ediciones Universidad de Castilla-La-Mancha, 2010
(Edición original: Calleja, 1930)

Las primeras ediciones de los cuentos de siempre resultan muy placenteras, y la oportunidad de leerlos en un formato que reproduce el original es todo un lujo que no podemos dejar pasar. Es lo que sin duda pretende el Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y la Literatura Infantil (CEPLI) de Castilla-La-Mancha, que ha emprendido una tarea de recuperación de cuentos “viejitos”, “los de antes”, en ediciones facsimilares (es decir, reproduciendo los libros tal y como se podían encontrar cuando se publicaron por primera vez). Hace poco han presentado el clásico de Lewis Carroll Alicia en el País de las Maravillas, pero no es la primera vez que lo hacen. Este centro de estudios universitario tiene editados cuentos como Blancanieves, El pescador y la princesa, Canciones infantiles y muchos otros, a cargo de editores míticos como Saturnino Calleja, Joaquim Muntañola y Ramón Sopena, y parece ser que van a continuar reincidiendo de forma cada vez más espectacular. En la edición de estas obras facsimilares también colaboran, además del CEPLI y el Servicio de Ediciones de la Universidad de Castilla-La-Mancha, el Patronato Universitario Cardenal Gil de Albornoz de Cuenca.

Alicia en el País de las MaravillasA continuación nos vamos a centrar en dos ejemplares que nos han llamado la atención, como son los facsímiles de Alicia en el País de las Maravillas y La Cenicienta. La versión española de Alicia en el País de las Maravillas viene en un formato tipo carpeta donde las hojas que componen el libro aparecen sueltas sin coser ni grapar. El estilo de las ilustraciones recuerda al Art Nouveau (o Modernismo en España) por el regodeo en los pliegues, las ondas y las líneas curvas, así como también la delicadeza en la expresión de movimientos de la protagonista. Seguramente porque Joaquín Santana Bonilla, el ilustrador, era caricaturista además de dibujante y gustaba de aprovechar cuantas innovaciones estéticas se producían en la Europa de finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX que le tocó vivir.

Antes de empezar con el cuento, tenemos un estudio introductorio que firma el escritor, periodista y crítico cubano afincado en Miami Antonio Orlando Rodríguez. Esta introducción previa resulta útil para situarnos en los antecedentes de la obra según la concibió Lewis Carroll (su devoción por la niña Alice Liddell en quien se basó para crear la historia) y también nos señala las diferencias respecto al original inglés. Según Antonio Orlando, en esta versión española se han eliminado algunas escenas y otros elementos (como juegos de palabras, poemas y diálogos) que agilizan la historia pero que sitúan en segundo plano la “transgresión” y restan algo de humor, sin que deje de ser “ágil y amena” en su conjunto.

Alicia en el País de las Maravillas

Alicia en el País de las Maravillas (ilustrada por Joaquín Santana Bonilla)

Otra historia que nos gusta es La Cenicienta. En este caso el ejemplar tiene el lomo naranja y se presenta cosido con hilos blancos vista en papel amarillento, ilustraciones “en colores” a cargo de Federico Ribas y un prólogo reciente. Para hacerlo lo más verídico posible se reproduce el sello “El Bazar de la Unión”, sito en el número 1 de la calle Mayor de Madrid, donde se podían adquirir a buen precio los cuentos, entre otros muchos productos. Asimismo, también aparece el sello de la biblioteca de la Universidad de Castilla-La-Mancha con la descripción bibliográfica donde se alojaba el ejemplar antiguo. Volviendo al prólogo que abre el libro, viene a cargo de Pedro Cerrillo, Catedrático de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Castilla-La-Mancha, donde se destacan entre otros aspectos la evolución de la literatura infantil desde el siglo XVIII, los autores españoles más destacados, la importante labor de la editorial de Saturnino Calleja (1853-1915) y la colección a la que pertenece este cuento que nos ocupa, sin olvidar hacer mención del ilustrador y a las diferencias de este cuento con la versión de los hermanos Grimm. En este caso, nos encontramos con que a Cenicienta la llaman también Puerca Cenicienta (por su afición a sentarse sobre las cenizas), y el perdón de la muchacha para con sus hermanastras, que alcanza para acogerlas en palacio tras su boda y lograr que se casen con nobles.

La Cenicienta (Ilustraciones de Federico Ribas)

La Cenicienta (ilustrada por Federico Ribas)

En ambos ejemplares, el de Alicia y el de La Cenicienta, se han querido respetar incluso las pequeñas “incomodidades”, como la letra demasiado pequeña para los niños de entre dos y cinco años (a los que va dirigida) y la particularidad del léxico y las expresiones propias de otro tiempo.

Dos títulos importantes en una España anterior a la Guerra Civil gracias a dos heroínas espectaculares que a buen seguro lograrían empatizar fácilmente con los niños de hoy en día. En el caso de Alicia, por la oportunidad de bucear en otro mundo con seres extraños que tratan de persuadirla de lo absurdo de las normas y las convenciones sociales. Y Cenicienta porque, a pesar de su dura situación, consigue cambiar su destino, ascender socialmente, y ser capaz de perdonar y olvidar el pasado.

Un conjunto de cuentos infantiles que todos conocemos pero con los cortes, cambios y otras modificaciones de otro tiempo, y que aun así no lo tuvieron fácil para escapar a la censura. Conviene rescatarlos por su alto contenido en valores y por las enseñanzas que van más allá del noble derecho al entretenimiento.

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