*Nota: este artículo fue escrito con motivo de la publicación el pasado año de En el corazón del bosque y Cuatro cartas, por lo que las referencias temporales no se ajustan al presente. La aparición simultánea dentro de la colección Sopa de Libros de la editorial Anaya de dos nuevas obras de Xabier P. Docampo y de Agustín Fernández Paz me da ocasión para hacer un breve repaso a la trayectoria literaria de estos autores, dos de los más prestigiosos de la Literatura Infantil y Juvenil que se escribe actualmente en Galicia. Con los rasgos individuales que singularizan y caracterizan a cada uno de ellos, tienen en común un punto de partida similar como miembros de una generación a la que correspondió iniciar un camino lleno de ilusiones y también de grandes dificultades. Aquellos jóvenes que a comienzos de la década de los setenta empezaban a trabajar en las escuelas de Galicia encontraron un panorama gris, de carencias y limitaciones. En primer lugar, la lengua gallega estaba excluida de la enseñanza y la mayoría de la población, aunque la hablaba y comprendía, no había tenido oportunidad de utilizarla como instrumento literario y de cultura. Por otra parte, la industria editorial era en este momento extraordinariamente débil y la Literatura Infantil prácticamente inexistente. Algunas personas todavía se sorprenden de que muchos de los autores y autoras que escriben libros para la infancia procedan del mundo de la enseñanza, como es el caso de Agustín y de Xabier, pero el caso no es nada extraordinario ya que esto, como tantas otras cosas, fue en sus comienzos fruto de la necesidad. Se sabía cómo debían ser los libros para niños, pero no los había. Ni siquiera estaba claro para todos el concepto de Literatura Infantil que algunos incluso consideraba imposible como tal Literatura dadas las necesarias restricciones que imponen los destinatarios, otros la veían como un género absolutamente menor y, en todo caso, subsidiaria de la formación moral y académica de la infancia. Existía, eso sí, una rica tradición popular, no muy bien conocida, pero era necesario encontrar nuevas formas de dirigirse a los lectores, incorporar temas nuevos, ensayar recursos expresivos. Es decir, partiendo de nuevos conceptos de infancia y de proyecto lector, modificar las ideas de para quién se escribe, cómo y por qué. Se trataba, en definitiva, de crear la Moderna Literatura Infantil y Juvenil de Galicia. De crear esta moderna Literatura, que en esos momentos tenía mucho de compromiso personal con un país, con una lengua y con una concepción de la enseñanza, se encargaron personas como Agustín Fernández Paz y Xabier P. Docampo. A ellos podemos considerarlos, pues, como pioneros, y el camino que va desde aquellos comienzos hasta el momento actual está trazado con la presencia destacada de libros de lo que ambos son autores y que por las aportaciones que supusieron son ya hitos en esa trayectoria. Me permitiré hacer un breve recorrido cronológico por al obra de estos dos autores. Año 1986. La primera “campanada” la dio Xabier P. Docampo en este año con la publicación del libro O misterio das badaladas, con una acogida sorprendente por parte de los lectores, que convirtieron el libro en un “best-seller” de aquel momento y que todavía en la actualidad sigue suscitando interés. Las claves del éxito debemos buscarlas en el tema de la historia que hace aparecer a la pandilla de amigos como protagonista de un relato de aventuras y misterio, y a la técnica narrativa, donde por primera vez se ensaya el recurso de hacer progresar la trama solicitando la participación actividad de los lectores. Pero además, y sobre todo, se dejan ya de lado los objetivos didácticos o moralizantes y el placer individual de la lectura literaria es el principal objetivo a conseguir. Pese al innegable éxito obtenido, el autor no vuelve a plantearse un libro de características similares hasta muchos años después, fue en 1997 cuando salió publicado O pazo baleiro, libro en el que se retoma el tema de pandilla y aventuras donde se va desarrollando una investigación que desvela una oscura historia del pasado en la que hay ambición, amor y muerte, pasiones estas que suelen generar poderosas historias. En el mismo año 1986, otro libro de Xabier P. Docampo, Con ollo aberto e outro sen cerrar, supone la renovación del relato breve para niños, que hasta el momento venía siguiendo los patrones de la tradición oral popular y de los cuentos maravillosos. En este conjunto de cuentos, ya decididamente “moderno”, se introducen temáticas y técnicas que nunca hasta entonces habían sido utilizadas, aparecen personajes que se corresponden con niños y niñas actuales y, como marca del autor, se da una constante mezcla entre fantasía y realidad que se fusionan entre sí sin alteraciones ni sobresaltos. El libro nos descubrió entonces a un excelente narrador de cuentos, con un estilo muy personal que en años sucesivos ha aportado a la literatura gallega notables títulos, tales como O armario novo de Rubén, A nena de auga e o príncipe de lume, Adelaida, Henrique e demais familia, O home que inventou unha maneira de andar, o los más recientes Nube de neve y Os ollos de Ramón, entre otros. Año 1987. Otro libro de Xabier P. Docampo inicia en Galicia la novela juvenil, inexistente hasta entonces. A chave das noces es además un relato del género negro, ambientado en la Galicia urbana, lo que también supuso una novedad en aquella época. Novela protagonizada por un joven aprendiz de detective que se puede considerar personaje arquetípico del género, retrata con eficacia ambientes de marginalidad, injusticia y opresión en los bajos fondos de una sociedad que está experimentando profundas transformaciones. De alguna manera se estaba iniciando el llamado “realismo sucio”, tema tan reiterado en la posterior literatura juvenil, que aún tardaría algunos años en aparecer. Año 1990. En este año publica Agustín Fernández Paz la novela As flores radiactivas (Premio Merlín), que supone la aparición en la literatura infantil gallega Año 1991. El primer Premio Lazarillo que recibió la Literatura Infantil gallega le fue concedido en este año a Agustín Fernández Paz por el libro Contos por palabras. Muy original en su planteamiento, el libro ensaya la técnica mixta o la mezcla de géneros, ya que todos los relatos que lo conforman están desarrollados a partir de anuncios reales aparecidos en los periódicos. En ellos el autor demuestra su capacidad para la fantasía y para el humor inteligente y sutil. También nos permite observar ya un rasgo que va a ser una de sus características como autor, me refiero a su interés por explotar las diversas posibilidades que ofrece la primera persona como voz narrativa, interés sobre el que va a seguir investigando en obras sucesivas incorporando técnicas como el diario íntimo, la crónica, la carta, el monólogo, el soliloquio, el diálogo “telefónico”, etc. Con posterioridad el autor retoma este punto de partida de los anuncios para otro libro de relatos titulado “Amor dos quince años, Marilyn”, que es también un homenaje al cine y a todos los que a través de él realizaron una parte importante de su aprendizaje sentimental. Año 1993. En este año publica Agustín el libro de relatos Rapazas, y con él se inicia lo que hemos dado en llamar “realismo cotidiano”, presentando a los niños y adolescentes actuales en su relación diario con el entorno más próximo: la familia, los amigos, el centro de estudios…, mostrando los problemas propios de la adolescencia en el momento actual y reflejando una realidad en la que se puede reconocer la sociedad gallega contemporánea. Una novela larga en la línea que comentamos, la titulada Trece anos de Branca, sería la ganadora del premio Edebé en ese mismo año 1993. Este mismo año, 1995, aparece otro estupendo relato de terror firmado por Agustín Fernández Paz, el titulado Cartas de invierno, que traslada a la Galicia actual el clima de malignidad y presión que encontramos en los relatos del maestro del genero H.P. Lovecraft. Como indica el título, la novela utiliza el género epistolar para su desarrollo y presenta siempre los hechos extraordinarios desde la subjetividad de los protagonistas que se ven desbordados por unos acontecimientos que inconscientemente han puesto en marcha y que se van encadenando en una progresión imparable. El horro está latente, más sugerido que explicitado, lo que permite al lector participar activamente en la historia proyectando en ella sus propios y más íntimos temores. Un planteamiento similar en lo que se refiere a la posible interpretación racional o irracional de los sucesos narrados, lo volvemos a encontrar años más tarde en otra novela de terror que -Agustín Fernández Paz dirige al público juvenil: Aire negro. Otra vez la primera persona narrativa nos hace partícipes de sus extraordinarias experiencias en un clima de fuerte tensión emociona, y han de ser los propios lectores los que decidan si los trágicos acontecimientos que se narran son debidos a fuerzas sobrenaturales realmente existentes, o si han sido puestos en marcha por una mente trastornada que genera una obsesión autodestructiva. Y así, pasando de unos libros a otros, llegamos al momento actual en el que la colección Sopa de Libros enriquece sus bien cuidados fondos con nuevas obras de estos autores. El libro de Xabier es absolutamente diferente a lo que le conocíamos hasta ahora, mientras que el de Agustín incide en una línea ya iniciada con otras publicaciones anteriores. El marco de la historia es el de una familia actual que vive en una ciudad. Esto permite al autor reflejar una realidad bien conocida y, al mismo tiempo, apostar una vez más por modelos de relación que evitan reforzar los roles discriminatorios y apuesta pro una situación más igualitaria entre hombres y mujeres. Además de la familia está la escuela como el otro gran universo de la infancia. Este es el lugar donde los niños se inician en la amistad, en la curiosidad por las cosas nuevas, en el trabajo compartido…, y donde también con frecuencia son víctimas o espectadores de situaciones vejatorias e injustas. Aunque lleva muchos ejerciendo como profesor, no podemos decir que Agustín tenga una visión complaciente de todos sus colegas, que muchas veces salen mal parados en los retratos que el autor hace de ellos. En la presenta novela se aborda con delicadeza el tema de la violencia y la agresividad de las que son objeto algunos niños por parte de sus propios compañeros. Finalmente diré que también en este libro podemos apreciar el riguroso trabajo del escritor que cuida esmeradamente el lenguaje y el equilibrio de la trama, y que pule su estilo buscando en la difícil sencillez la mayor eficacia expresiva. Tampoco puedo dejar de citar las magníficas ilustraciones que acompañan al texto en las que destaca la presencia de ese duende feo, vestido con gabardina y gorro de lana, y en las que se evidencia la buena sincronía entre Agustín y Miguelanxo Prado, artistas a los que une una larga relación hecha de libros comunes y de años de amistad.
Esta artículo no puede terminar sino con unos puntos suspensivos que dejan abierto el discurso. Quedamos a la espera de las nuevas aportaciones que a la Literatura Infantil y a la Literatura Gallega en general aguardamos de Xabier P. Docampo y Agustín Fernández Paz. Si bien es verdad que se ha avanzado mucho desde que ellos iniciaron su andadura y que en este momento la literatura infantil y juvenil en Galicia es una vigorosa realidad a la que han contribuido muchos e interesantes autores y autoras, ellos dos siguen siendo claros puntos de referencia, tanto por la obra que ya nos han aportado como por las expectativas que generan su buen hacer y su capacidad creativa innovadora. |
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Maria Jesús Fernández
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Estoy buscando información del libro: “O misterio das badaladas”
Y aquí habla de toda su carrera, me voy a volver loc@..
excelente libro
gustariame que me dixeses o misterio da badalada nº 11
agustin es mi mejor autor sus libros me encantan es una gran inspiracion para mi