Ledicia Costas
Ilustraciones de Mónica Armiño
Madrid: Anaya, 2016
Premio Lazarillo de Creación Literaria, 2015
El pedagogo y escritor italiano Gianni Rodari aseguraba que cinco palabras –niña, abuela, bosque, flores y lobo- bastaban para reconocer el cuento de Caperucita Roja, y en Verne y la vida secreta de las mujeres planta encontramos otros tantos elementos para afirmar que es una obra que invita a ser leída. Dos de estos se encuentran en el título, y tres más en la edición que con tanto mimo ha preparado la editorial Anaya. La portada es de pasta dura y con guardas amarillas que una sobrecubierta a todo color con transparencias protege y embellece al mismo tiempo. Y ahora vamos con el título, porque ¿quién no se anima a leer un libro que hable del genial escritor francés Jules Verne? Y si además promete hablar de un secreto, mucho mejor.
Una vez iniciamos la lectura del libro nos sumergimos de lleno en una historia que nos atrapa sin remedio en la que, a modo de crónica, una voz narrativa nos va desvelando en tercera persona y desde la distancia lo acaecido hace años en Vigo. Es necesario terminar el libro para conocer la identidad de la narradora de esta historia llena de agua, sal marina y deseo de aventura donde el centro de atención se pone en una especie humana de la que nunca antes hemos oído hablar como son las mujeres planta.
Contado a la manera clásica, que nos recuerda al Quijote o a El conde Lucanor, cada título de capítulo nos avanza las claves de lectura para alimentar nuestro entusiasmo: “Donde la narradora plantea varias preguntas y un enigma”, dice el primero. O en el doce: “Donde se responden muchas preguntas que nadie había formulado nunca”.
La historia que encontramos entre sus páginas no puede ser más alucinante: en la ciudad de Vigo de mediados del siglo XIX una familia de boticarios recibe la visita inesperada de Jules Verne acompañado por un grumete de su confianza. Violeta, la nieta del boticario, siente una especial atracción por el joven marinero Pierre y le demuestra al gran escritor francés que conoce toda su obra. El interés de Verne en la visita a la botica no se debe a la necesidad de adquirir nada de lo que allí se vende, sino que pretende ayudar a la familia.
El secreto de la familia de Violeta se remonta a miles de años de atrás: pertenecen a la estirpe de las mujeres planta, que cuando llegan a cierta edad se transforman poco a poco en la planta que lleva su nombre y deben completar su formación en un bosque submarino. El problema es que la familia del boticario ignora cómo llegar al bosque, pero Verne posee un submarino ideado por Antonio Sanjurjo que todavía no se ha atrevido a probar, y por este motivo se deciden a confiar en él.
Todos salen ganando: Verne podrá seguir investigando sobre el secreto de estas mujeres y la familia de Violeta tiene asegurada la supervivencia.
Un libro homenaje a Jules Verne que mezcla la ciencia ficción con la tecnología que ha llegado hasta nuestros días, con una fuerte carga de emociones, sentimientos y la fuerza de los personajes principales. Ledicia Costas ha conseguido crear una historia bellamente ambientada con datos históricos reales (como la visita de Verne a Vigo y el submarino que se probó por primera vez en esa ría) y otros ficticios que se funden con una verosimilitud y elegancia que no pasan desapercibidos.
Fantasía, magia, lirismo, romanticismo, valor y mucha fuerza para un libro del que el jurado del importante Premio Lazarillo afirmó: “Es una novela bien escrita, con una narración fluida, una estructura muy bien conseguida y un lenguaje literario sencillo pero elaborado, que combina con precisión elementos de la realidad y ficción y dándole un aire de misterio que contribuye a hacer muy emocionante su lectura”.