
Pocas veces está tan claro eso de que un libro tiene más de una lectura. Es más, como libro donde el juego es lo definitorio, se podría jugar a interpretar textos e ilustraciones a distintos niveles. Con la primera lectura, la literal, tendremos un bonito libro que gustará a chicos y chicas que se crucen con él por el atractivo indiscutible de las imágenes, el ritmo de la obra en conjunto y los juegos de palabra que a veces parecen hasta ingenuos. Pero si son adolescentes los que se acercan a este título, van a empezar a leer entre líneas, a interpretar metáforas visuales y a felicitarse porque van entendiendo el mundo de los adultos.