Dominique Valente
Harper Kids, 2021
Hubo un tiempo en el que la magia corría libre por las tierras de Starfell, un tiempo en el que los grandes magos y brujas se hacían llamar hechiceros. Sin embargo, pronto las circunstancias cambiaron cuando los Hermanos de Vol, presas del pánico antes tales poderes, comenzaron a decirle a la gente que la magia era mala, y la magia quedó erradicada al prohibir cualquier tipo, sobre todo los hechizos, aunque hubo una serie de magos que recopilaron sus mejores encantamientos y los ocultaron para que nunca se perdieran… Nada pudo evitar que una guerra cruenta hiciera desaparecer por mucho tiempo la magia en Starfell, pero los Hermanos de Vol no consiguieron eliminarla del todo.
Muchos años después, Dalia Musgo y su familia son la prueba evidente de que la magia sigue viva. A pesar de que a la pobre niña el poder que le ha sido concedido no le parezca grandioso (posee el don de encontrar cosas que han desaparecido), lo cierto es que Morgana Vana, la bruja más temida del reino, no piensa del mismo modo y precisa su ayuda para encontrar el martes que se ha perdido… Habéis oído bien, ha desaparecido el martes de la semana pasada, y Morgana Vana tiene una vaga idea de quién puede estar detrás de todo esto, que tiene la pinta de tratarse de un encantamiento. ¿Un encantamiento? ¿Pero no habían desaparecido de Starfell? Pues al parecer no.
Dalia, que tendrá que mentirle a sus padres, hará una maleta (en la que, además de toda la ropa verde que tiene, incluirá a Teófilo, el monstruo de debajo de la cama que en realidad es un gat*… Shhh… él lo niega, no quiere que se diga que es un gat*… Shhh) y emprenderá un viaje por el reino de Starfell en busca de un vidente de lo olvidado para que le ayude a recordar qué ha pasado con ese martes, y poder recuperarlo.
Es complicado encontrar una historia sobre magia, brujas, magos, dragones y hechizos que no haya sido contada con anterioridad. Esta historia comienza de un modo simplón (los recursos son los habituales y ya muy utilizados en este género), pero a medida que se desarrolla va mejorando muchísimo, hasta llegar un momento en que resulta una historia emocionante, original, incluso a pesar de las similitudes con otras obras. Entretenida, tierna, divertida, fácil de leer, con unos personajes muy entrañables. Llama la atención un sentimiento extraño, de honda tristeza, que tiene la protagonista, que pulula en toda la narración y cuyo motivo solo se desvela al final. Una buena lectura.