Solé Vendrell, Carme

Barcelona, 1944

Estudió pintura en la Escuela Massana de Barcelona. Publicó su primer libro como ilustradora en 1968,  y en 1981 su primer libro como autora tanto del texto como de las ilustraciones, The boy with the Umbrella (Un niño y un paraguas). Ha publicado en varios países, tales como Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, EE.UU., Canadá, Noruega, Holanda, Dinamarca, Brasil, Taiwán, Japón, y Corea, entre otros. En 1981 colaboró en la serie de dibujos animados Víctor & María para la productora King Rollo Films, basada en el protagonista del cuento Bear in the air (Un oso nuboso). Colabora regularmente con diferentes revistas infantiles, Pomme d’Api, Cavall Fort, Tretzevents, Cricket and Ladybug. Ha impartido cursos de ilustración en Barcelona, México DF, Venecia, Río de Janeiro, Taiwán, Nueva York y ha viajado por todas partes haciendo conferencias y participando en encuentros profesionales. Ha formado parte de varios jurados internacionales. Es socia fundadora de la l’Associació professional d’Il·lustradors de Catalunya.  Ha sido distinguida con numerosos premios entre los cuales destacan: Janusz Korczak 1979, Nacional de ilustración 1979, Catalònia 1984, Critici in Erba 1992, Octogone la Fonte 1992, Creu de Sant Jordi 2006, Nacional de Ilustración 2013.  También realiza trabajos de cartelismo, animación, escenografía, dramaturgia y dirección de teatro.

La obra de Carme Solé se caracteriza por la sencillez en el dibujo y la matización en el colorido. Sus ilustraciones, de las que se desprende una cierta inocencia, están llenas de fantasía, y en ellas, el entorno en el que coloca a los personajes tiene tanta fuerza como estos. El color, la luz, los sombreados, los juegos de luz y sombra, los matices están magníficamente tratados en unos ambientes en los que las figuras tienen los contornos bien definidos.

Comentario especial merece sin duda el color, ya sea pastel, acuarela o técnicas mixtas, siempre muy matizado, haciendo destacar, en determinados momentos, con colores más vivos aquellas figuras o detalles que considera más relevantes. A través de estos contrastes consigue una gran expresividad en sus ilustraciones.

En cuanto al dibujo, especialmente expresivos resultan los rostros de sus personajes, y de manera más concreta sus ojos y boca, trasmitiendo los sentimientos con enorme profundidad: la tristeza del pequeño Sala cuando se llevan a su perro Turco, la alegría de Juan cuando devuelve a su padre la salud que había perdido en el mar, la profunda desazón del personaje de El aniversario, la dureza de las expresiones de Los niños del mar.

Si el color es siempre matizado y sutil, cuando trabaja en la gama de grises es realmente fascinante, quizá el mejor ejemplo sean los álbumes de los Iris. Las lámparas encendidas en la oscuridad, las ventanas por las que entra la luz de la tarde o del amanecer, o el resplandor de la luna, las puertas entreabiertas a través de las cuales se cuela la penumbra de una habitación o el reflejo de una lámpara. Las figuras, siempre aparecen bien definidas y raramente observamos contornos desdibujados.

Líneas, formas, matices, luces.., todos estos elementos constituyen un mundo lleno de poesía y sugerencias plásticas, más allá de los textos que recrean, muchos de ellos, dicho sea de paso, de la propia ilustradora.

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