Juan Berrio
Madrid: Dibbuks, 2018
Juan Berrio sabe retratar como nadie los pequeños instantes cotidianos y los sentimientos más puros. A través de sus dibujos capta, con la limpieza de los mejores artistas de la línea clara, el trasfondo de las emociones, las palabras nunca dichas, los recuerdos, el ocaso de las relaciones y, por supuesto, esa luz tan particular que se cuela entre las calles de Madrid o brota a través de las ventanas de cada casa en la que sitúa sus escenas.
Secuenciada en siete pasos, la historia de Elena es la de miles de jóvenes porque es el relato de las emociones cuando aún brotan en estado puro. La protagonista probablemente nos habla de su primer amor, una relación que se evapora y parece insalvable, aunque al mismo tiempo comienzan a abrirse nuevas perspectivas en su vida. Preocupada y algo cansada de la incoherencia vital de Jorge, decide instalarse en casa de unos amigos hasta aclarar la situación.
Ese traslado provoca nuevos encuentros, reencuentros, algunos recuerdos y cálidas tardes de película y sillón en la mejor compañía.
Una bella crónica sentimental, directamente emparentada con el cine de la Nouvelle Vague, para saborear en pequeños sorbos, con ritmo sosegado, y curar heridas.
Berrio (Valladolid, 1964) acaba de celebrar sus primeros treinta años en el mundo de la ilustración y el cómic.
Los cómics nos llevaron en alas doradas a conocer la selva y las ciudades, saber del peligro y de los amantes, ese arte maravilloso que nos traslada a otro estadios donde lo imposible se transforma y nos hace codicioso, ese mundo digno y elegante el cual da a conocer lo que podemos ser o conocer lo que jamas seremos, ese gigante que nos enseña el mundo entero y abre nuestro pensamiento a través del arte gráfico con frases cortas pero inteligentes, a el le debemos todo y el disfrutar de la risa así como el correr de las lagrimas.