
La historia no puede comenzar peor, tengo que reconocerlo, porque encontramos a una pobre niñita de once años rodeada de nieve, abandonada a su suerte en el primer día de sus vacaciones de Navidad. Elizabeth Somers vive con sus tíos, Burlap y Purdy, debido a que sus padres fallecieron en un accidente de tráfico hace algunos años. Tras salir del colegio encuentra una nota en la puerta de la casa que le indica lo que tiene que hacer a partir de ese momento: coger el tren de las 6:20 dirección norte, hasta un lugar donde coger un autobús que la llevará hasta el hotel Winterhouse.