Marie-Aude Murail
Traducción de Julieta Carmona
Barcelona: Noguer, 2012
Los hermanos Morlevent –Simèon, Morgane y Venise– se han quedado solos, ya que su padre los abandonó tiempo atrás y su madre se ha acabado suicidando; ante semejante situación, los tres deciden buscar familiares directos que puedan acogerlos y se encuentran con dos, Josianne y Barthélemy, hermanos por parte de padre, dos personas completamente distintas puesto que Josianne está bien situada económicamente y tiene un carácter altivo y distante mientras que Bart es un vividor inconsciente y algo irresponsable, aunque resulta encantador.
Si los tres hermanos consiguen reunirse con sus parientes desconocidos y en qué condiciones lo hacen es una aventura cuyo desarrollo recomiendo muy vivamente a cualquier lector que quiera ser espectador de primera fila de una tierna historia poblada por personajes de muy distinta condición que comparten una característica común: todos tienen algo que los hace inolvidables, desde la encantadora Venise hasta el maduro Simèon, pasando por secundarios como Laurence, la jueza encargada del caso de los hermanos, Aimée, la sufrida vecina de Bart o el doctor Mauvoisin, cuyo papel resulta esencial en la trama.
Y es que Marie-Aude Murail, la autora, ha sabido construir con grandes dosis de inteligencia una historia en la que temas tan graves como el abandono, el maltrato o la enfermedad estás tratados con unas dosis de humor que no desentonan en absoluto y que no buscan reducir al absurdo las miserias cotidianas sino mostrar que de todo se puede salir si se pone la voluntad suficiente para lograrlo.
Esta novela es una de esas pequeñas joyas sin edad, muy recomendable para todas las edades. Quien la lea no la olvidará.