Janne Teller
Traducción de Carmen Freixenet
Barcelona: Seix Barral, 2001
«Una novela con historia: Desató la polémica, incluso fue censurada. Tres años después es todo un éxito internacional».
Escrito con palabras sencillas y frases cortas. Con una sintaxis clara. Podría ser unos de esos relatos para leer rápidamente, sobre todo porque la edición está muy cuidada y la letra es muy cómoda.
Pero el lector se lleva una agradable sorpresa desde el punto de vista de que es imposible leerlo a la velocidad del rayo porque con cada frase se abre una ventana hacia el interior y el exterior de uno mismo. Se comienza a mirar y observar a la gente desde otra perspectiva…
Plantea un tema que hace tiempo no se planteaba en los libros para jóvenes o quizá en los libros en general. Un tema que no busca la inmediatez en la respuesta sino la reflexión.
Cuestiona el modelo de sociedad actual desde el punto de vista de un adolescente que descubre la dualidad del mundo a través del estilo de vida familiar.
El desengaño de los adolescentes obligados a plantearse temas profundos sobre la construcción de su vida, su madurez, el rol que desea tener en la sociedad y el que esa misma sociedad le impone. Pero para ello necesitan más herramientas de las que disponen. La sociedad, los sistemas de enseñanza cada vez les dan menos posibilidades de prepararse para tomar decisiones. Aunque a simple vista cada vez se tiene mayor acceso al conocimiento, al parecer cada vez somos menos capaces de ayudar a los jóvenes a crecer y desarrollar plenamente sus capacidades, a controlar y fortalecer sus emociones, a aceptar y transformar sus debilidades en fortalezas.
El planteamiento del protagonista sobre la vida hace que esa incertidumbre caiga como fina lluvia o como proyectiles de peras sobre sus compañeros de clase que sienten tambalear sus certezas, y se plantean demostrar a su colega que no tiene la razón. Pero intentar demostrar a nivel general lo personal, lo humano y lo divino, las certezas del camino y las aberraciones consentidas puede ser otra manera de disfrazar la realidad.
Lo que comienza como una necesidad de autoafirmación, se va convirtiendo en pequeñas vendettas, en crueldad, en histeria, y traspasa, arrasando, los valores básicos que creían tener claros. Todo es posible ante la necesidad de demostrar que estamos en un mundo que sí importa. Todo es válido para no admitir la equivocación o la desgana, la desilusión. El miedo es otro de los protagonistas de esta historia que por momentos pone los pelos de punta al lector, no porque su contenido sea de alto voltaje sino porque la inocencia de la crueldad es la peor de las verdades. La incapacidad de asumir la libertad como un derecho dentro del grupo; el peso de la palabra dada, el dolor de la humillación y la impotencia ante el desarraigo.
Un libro que no necesita de cuatrocientas páginas para contar una historia. Una escritora que domina el oficio y plantea los temas con claridad y sin abusar de los adjetivos ni de las sensiblerías.
Un libro que vale la pena leer en los tiempos que corren porque sacude la mente, cuestiona las verdades absolutas y las bases de la sociedad actual. Una lectura propicia para el debate y la tertulia.
En lo que va de año, una de las mejores novelas que he leído. Imprescindible, para todas las edades.