Lucas y yo

Audrey O’Hearn
México: SM, 2009

Es necesario combatir el prejuicio según el cual la literatura para jóvenes es sólo entretenimiento. Quien haya leído a autores como Christine Nöstlinger, Paul Kropp, Michael Ende, Carl Hiaasen, Jean Ure, Antonio Santa Ana, Eve Gil o J. K. Rowling, por mencionar algunos, puede dar fe de que la llamada literatura juvenil es capaz de dar cuenta de algunos de los problemas más acuciantes del ser humano. Por supuesto que estos autores escriben historias atractivas y entretenidas, de modo que son capaces de enganchar a sus difíciles lectores. Pero también enfrentan a sus personajes con conflictos significativos, que calan hondo en sensibilidades viejas y jóvenes. Entre esa estirpe de autores está la canadiense Audrey O’Hearn, autora del libro que ahora me ocupa, Lucas y yo.

Esta sencilla y ágil novela para jóvenes tiene como protagonista y narrador a Mateo Wilson, un chico de 17 años que, sin estar preparado por ello, enfrenta una de las responsabilidades más grandes en la vida de cualquier hombre: ser padre. En el momento de nacer Lucas, su hijo, Mateo no tiene un empleo y su futuro no parece ser promisorio; además, está separado de Lorena, la mamá de Lucas, y no resulta probable que la relación prospere.

Lorena se niega a asumir el compromiso de ser madre, de modo que decide dar en adopción a su hijo. Mateo, ante la negativa de Lorena de casarse, termina por estar de acuerdo. Pero apenas conoce a Lucas, su mundo da un giro radical. No puede abandonar a su hijo con alguna desconocida familia cuyo trato será incierto, piensa. Es así como, al lado de Lucas, Mateo inicia su propia travesía camino de la madurez.

Las cosas no serán nada fáciles. Pero, en el trayecto, Mateo aprenderá muchas cosas de sí mismo que antes no sabía, a la vez que se va conformando como adulto. Al igual que El guardián entre el centeno de Salinger o La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, Lucas y yo es una novela de formación, en el sentido de que vemos en ella a un joven en ese tránsito entre la juventud y la adultez. Si bien el principal conflicto que enfrenta Mateo es el de ser padre, enfrentará también otros conflictos que terminan por relacionarse con el principal y que resultarán clave para su maduración, para su configurarse a sí mismo como el hombre que quiere ser.

Todos los personajes de la novela de alguno u otro modo contribuyen, ya sea como modelo o contraejemplo, al proceso de aprendizaje de Mateo. De esta forma, la autora consigue una novela breve pero sustanciosa, sin desperdicio, cuyos elementos están bien ligados para regalar al lector una experiencia profunda y emocionante.

Habrá que agradecerle libros como este que, siendo literatura accesible a los lectores noveles, no corran una cortina de humo sobre problemas actuales como el embarazo en jóvenes, que a su vez implica otros conflictos más abarcadores, como asumir o no las consecuencias de los propios actos y la relación que se establece entre el ser individual y la colectividad. Es justo y necesario que los jóvenes lectores sean conscientes de los conflictos de su entorno y de las adversidades a las que pueden enfrentarse. Lucas y yo es, en ese sentido, un interesante ejercicio de reflexión. Pero es, sobre todo, una novela sensible que seguro dará muchas horas de placer a quienes, siendo o no muchachos, se adentren en ella.

4 comentarios en “Lucas y yo

  1. MARY
    13/02/2018 a las 17:27

    ES UN EXELENTE LIBRO , ME ENCANTO

  2. Alan
    06/02/2014 a las 18:02

    me gusto mucho el libro es de gran enseñanza

  3. nohemi
    23/12/2011 a las 23:41

    este libro es demaciado bueno n.n

  4. alexis
    06/11/2010 a las 19:18

    este libro es muy bueno

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