Javier Olivares
Madrid: Anaya, 2004.
Col. Mi primera sopa de libros
Ver para crecer
Lucas es pequeño y mira a su alrededor con atención. Observa el mundo y lo que en él ocurre acompañado de su papá y su mamá. Este juego de observación no se aborda en este libro para primeras edades como un catálogo de sucesivos objetos que están más altos o más bajos en la realidad, sino que es la mirada de Lucas la que los sitúa en uno u otro nivel. Por otra parte, lo observado se va ensartando en una narración mínima con un desarrollo de secuencias temporales que ofrece un paso más en los libros destinados a enseñar conceptos como: arriba y abajo. La propuesta gráfica de Javier Olivares, que resulta muy elemental en la elección del color y el trazo, se la juega arriesgando considerablemente al elegir planos en los que el lector no ve la totalidad de las figuras o los objetos que componen la escena, sino que se enfrenta a una visión con personajes truncados, con planos picados, contrapicados, primeros planos sin ver nunca los rostros de los adultos que le acompañan. Tenemos como resultado dos libros dirigidos a los más pequeños que, lejos de sumarse a un conjunto de títulos anodinos, que tienen como única finalidad repetir conceptos, incorporan la mirada del niño como un medio para aprehender el mundo. Y no solo los objetos, porque en el libro sentimos, a través de la expresión de los ojos de Lucas, la mirada amorosa de sus padres y sus abuelos que le acompañan en su descubrimiento de la realidad y le regalan libros.