Los ojos sin párpados

Xosé A. Neira Cruz
Madrid: Ediciones SM, 2002
Col. El Barco de Vapor, serie roja nº 134

Esta novela del escritor gallego Xosé Neira Cruz disiente de varios estereotipos: la oposición al progreso tecnológico que larvaría el movimiento ecológico, la supuesta incompetencia de las chicas en materia de ordenadores y su poco interés y aptitud para las ciencias y la aventura, sean vividas o literarias.

La historia arranca con un intercambio de correos electrónicos que sirven para caracterizar personajes y establecer -sutilmente- la línea antimachista de la novela. Internet es, además, un importante instrumento de información para los personajes y para el lector, que encontrará en forma de e-mail algunos datos científicos necesarios para mejor disfrutar la trama.

Es, por otra parte, un correo electrónico lo que pone en contacto a los protagonistas y lanza la expedición en busca del último ejemplar de tangaleirón (versión gallega de lo que en otras apartadas regiones del mundo se conoce por sasquatch, nguoi rung, gran pie, yeren, yeti o abominable hombre de las nieves).

El mensaje lo recibe María Magdalena (llamadla Lena, por favor, o no responde), una competente usuaria de Internet, iniciada en criptozoología (la ¿ciencia? que estudia los animales cuya existencia nadie ha podido demostrar), y ayudante imprescindible de su extravagante tío Malaquías. No menos particular se revela la tía África (su apodo evoca una vida fuera de lo común) quien también se suma a la búsqueda del tangaleirón en la intrincada sierra de los Ancales, en la Galicia profunda.

La novela no carece de nada: investigación científica, santuario natural amenazado por turbios intereses y aldeanos desconfiados, carrera contra el tiempo, lugares inaccesibles y competencia desleal, crimen, amor y misterio. En ningún momento las mujeres se ven relegadas a roles pasivos. La protagoista es, por supuesto, Lena, y el amor surge entre ella y Abel, el joven que lanzó el S.O.S. desde los Ancares. Pero hay una última intervención femenina, maternal incluso, que decide el sorprendente desenlace (no digo más, para no estropearos el suspenso).

Con una escritura vivaz, una buena dosificación de los momentos de tensión, humor y amor, y un buen conocimiento de los gustos juveniles, Xosé Neira Cruz aporta una novela juvenil amena e inteligente. Singular, además de por el rol que corresponde a la mujer, por la minuciosa y actualizada documentación que maneja sobre los misteriosos homínidos salvajes y su planteo comprometido contra las actitudes depredadoras de joyas naturales de Galicia mucho más palpables que el mítico tangaleirón.

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