Heinz Janisch/ Helga Bansch
Zaragoza: Edelvives, 2002
En este precioso álbum, Marina y su conejito amarillo invitan al lector a visitar un mundo en el que lo fundamental es recorrerlo de la mano de la imaginación. Distintas situaciones y propuestas vistas a través del prisma de la fantasía adquieren aquí una nueva dimensión, amable y simpática, mostrando un mundo especialmente sugerente.
Los dos protagonistas de este mágico recorrido se presentan ya en las guardas del libro, a través de las coletas de Marina y las orejas del conejito. Y serán coletas y orejas las que aparezcan después en todas y cada una de las ilustraciones a doble página que componen el álbum. Se trata de distintas imágenes, en principio inconexas, que irán plasmando situaciones absurdas, surrealistas, emanadas de las propuestas creativas de la propia protagonista. En algunas ocasiones, el juego implica directamente al lector, de tal modo que deberá imaginar a qué responden las expresiones, las miradas, los gestos de los protagonistas. Es el caso de “los días en los que todos miran sorprendidos al cielo” en el que se invita a que el lector adivine a que responden esas miradas de sorpresa, asombro, satisfacción, curiosidad, etc.
A diferencia de otras obras como Zas Pum, aquí Heinz Janisch y Helga Bansch no plantean ni enfrentan a sus personajes a ningún conflicto real o simbólico, sino que realizan una invitación al juego, a imaginar por qué “la ciudad parece una tupida selva” o “todo está del revés”. El tono es siempre positivo, sencillamente porque cuando quien juega es la imaginación, todo resulta simpático y divertido. Algunos personajes acompañarán en su imaginativo viaje a los protagonistas de las secuencias, reforzando ese carácter amable de la propuesta: un perro con casco-tapadera, un gato atigrado y un ratoncillo; los supuestos enemigos irreconciliables que en esta ocasión no se agreden ni persiguen, sino que se miran con simpatía y complicidad.
Con una estructura narrativa llena de ritmo, que recuerda a algunos de los más conocidos versos brechtianos, este álbum dirigido a lectores a partir de los 4 años es sobre todo un claro exponente de complementariedad entre texto e imágenes. Estas últimas, además de su gran belleza y expresividad, contribuyen definitivamente a subrayar una visión colorista y divertida de la vida. Algunas de las dobles páginas tienen una construcción que sólo cabe calificar como magnifica. Por ejemplo, en “Hay días en los que a todos les dan un beso”, la construcción simétrica de las distintas escenas, no sólo no condiciona y limita la expresividad de las ilustraciones, sino que hace realzar cada una de ellas. Es ésta una página especialmente sugerente en la que el pez grande no se come al chico, sino que todos: amigos, rivales, cómplices, contrarios, complementarios, distintos, iguales… dan y reciben un beso.
Continuando con los juegos, además de descubrir que aquí nada se toma en serio, los autores aprovechan para esconder entre sus páginas algún pequeño homenaje y alguna referencia interliteraria como un estampado con coronitas, muy propio de la princesita de Tony Ross; el vestido de una equilibrista que recuerda alguna ilustración del Nadarín de Leo Leonni, o la aparición del mismísimo Segismundo, el pichón protagonista del álbum Zas Pum de los mismos autores de esta obra.
En definitiva, una elocuente y sugestiva obra para que grandes y chicos disfrutemos, sencillamente porque… hay días en que Marina deja volar su imaginación e… indudablemente esos días son los mejores.
quisiera saber la técnica que ha utilizado la ilustradora, m gracias!!
Es hermosísimo!
es un muy buen cuento