Aldous Huxley
Ilustraciones de Pep Montserrat
Madrid: Ediciones SM, 2006
Sí, el mismo que vestía y calzaba, Huxley el de Un mundo feliz escribió este cuento para su sobrina, y si no hubiese sido por el celo de conservar una copia, se habría perdido (como tantas obras inéditas de tantos autores) entre avatares e incendios. El cuento, que ingenuamente nació en 1944, relata una historia entre animales, pareja de cuervos, señor serpiente, búho, y una trama sencilla: la señora cuervo pone huevos, el señor serpiente se los come y el señor cuervo junto con el búho solucionan el problema.
La historia en otro momento no pasaría de ser una historia más de, simbólicamente hablando, buenos y malos y victoria de los buenos, que tanta falta hace para formar ese pensamiento moral que parece crecer cada vez más debilitado. Y además la victoria del “bien” es a base de inteligencia y no de fuerza. Señalar que la representación del mal en la serpiente, y su “maldad” en comerse los huevos del nido de los cuervos, tiene sus connotaciones religiosas, si bien en la actualidad pueden pasar perfectamente desapercibidas.
Pero la historia, leída hoy con el filtro de lo políticamente correcto, no deja de ser tremendamente machista con una señora cuervo que pone huevos, se lamenta por su pérdida, va a la compra y termina lavando pañales, mientras los otros tres machos del cuento son los que deciden el curso de la historia.
Respecto a la ilustración, estamos ante un nuevo trabajo de Pep Montserrat que, con cuarenta años recién cumplidos, es uno de los ilustradores de mayor proyección internacional. Versátil en las técnicas y enfoques de su trabajo, en el caso de estos cuervos, encontramos el uso del color para conseguir las formas, las texturas y las temperaturas, para ir fabricando con todo ello un ambiente más que propicio a la lineal narración del escritor.
Al ser un libro de la serie azul con numerosas ilustraciones a color, resulta ameno, fácil de leer, atractivo para los nuevos lectores. Pero ya saben.