Victoria Álvarez
Barcelona: Versátil, 2012
Ambientada en la Venecia de principios del siglo XX, Las eternas es una novela que mezcla el misterio con el romanticismo, la estética steampunk con un ambiente de estilo victoriano, todo ello en Venecia, una ciudad tan atractiva y adictiva cuando se muestra sofocada por el sol como cuando es devorada por la bruma, y que se convierte en protagonista justo y necesario para apreciar la totalidad del argumento.
En ella conviven –y compiten– dos familias de jugueteros por hacerse con el favor del público, pero no será su competencia mercantil el pilar básico de la obra, sino las consecuencias de la fascinación que Mario Corsini –representante de una de las familias– siente hacia el trabajo de su rival, Gian Carlo Montalbano, y sobre todo hacia su hija Silvana, porque esta atracción se convierte en el origen de una serie de aterradores descubrimientos que obligan a Mario a replantearse todas aquellas cosas que creía inamovibles en su vida.
Amor y misterio, artesanía y tecnología se dan la mano en una novela que avanza en la mente del lector como las aguas de los canales venecianos, lenta pero inexorablemente y en la que es posible tanto disfrutar de la fiesta del Carnaval como para estremecerse con los manejos de un hombre que, enloquecido por la pérdida de un gran amor, se convierte en un doctor Frankenstein genial y despiadado a partes iguales. Qué fronteras, aceptables o no, puede traspasar el amor y cuáles son las consecuencias de ello, es el tema de esta segunda obra de Victoria Álvarez, una escritora que ya impactó muy favorablemente con su ópera prima Hojas de Dedalera.