Beatriz Osés
Barcelona: Edebé, 2021
Lo observé con cierto mosqueo. ¿Por qué el agente local se las daba de criminólogo y hablaba con esa suficiencia? Que si las primeras evidencias y todo ese rollo. Entre el flower de Eric, el agente listillo y la escritora de suspense, ¿qué migajas me dejaban a mí, que, en definitiva, era el futuro criminólogo?
Una vez más lo han vuelto a hacer. Una saga juvenil que goza de muy buena acogida entre el público lector da un giro de 180 grados al sustituir a su protagonista por uno de los personajes secundarios y se hace referencia al resto de libros de la saga como obra de un determinado autor. De este modo, el acompañante lleva ahora la voz narrativa en primera persona para darnos otra perspectiva respecto de las debilidades y fortalezas del anterior protagonista. Aparte de brindarnos la oportunidad de participar en un juego de metaficción.
Ya ocurrió con Tom Sawyer y Huckleberry Finn de Mark Twain, y ahora asistimos de nuevo al mismo fenómeno de la mano de Beatriz Osés y su Eric Vogler: un adolescente alemán extremadamente maniático, amante del lujo y de la moda, además de dotado de capacidades sobrenaturales.
Esta nueva saga, que lleva el título de La bruja de Berchtesgaden, se diferencia de la otra en algunos aspectos. El primero de ellos es que, como se ha dicho antes, se focaliza en primera persona a través de Albert Zimmer. Además, los dos jóvenes ahora son universitarios y Berta Zimmer se ha hecho famosa por escribir novelas basadas en los casos que han resuelto su nieto Eric y su protegido Albert. En esta ocasión, no se involucran en la resolución de crímenes siniestros por casualidad sino que la policía les pide que colaboraren con ellos. Los tres -Eric, Albert y Berta- forman un estupendo y dispar equipo no siempre bien avenido que siempre logra su objetivo.
Hay que destacar que Albert ha cambiado su apellido por Ackerman y se ha trasladado a Amsterdam para estudiar criminología. El ahora narrador y protagonista de la saga tiene algún que otro secretillo y la tensión con Eric es más marcada que nunca. Los dos colegas a su pesar se odian profundamente por algo que sucedió entre ellos y donde está involucrada Cloé, la eterna adolescente francesa que le robó el corazón a Eric en la ciudad francesa de Bergerac. Sin embargo, estas rencillas no les impedirán implicarse a fondo para averiguar la identidad del asesino que mata a adolescentes en Berchtesgaden. Los lugareños aseguran que se trata de la bruja Frau Perchta. O tal vez sea obra también del krampus, un ser demoníaco con cuernos. Ambos pertenecen a las leyendas bávaras y austríacas y tienen en común castigar a los niños que se portan mal.
Lo que sí que es cierto es que al final se descubre que el culpable es quien menos parece serlo y que el lector disfrutará con las divertidas escenas de este singular trío y sus rocambolescos diálogos. La primera parte de esta saga demuestra con creces tener mucho potencial para ser la digna sucesora de las aventuras de quien empezó como un adolescente solitario y ahora se ve obligado a compartir sus éxitos con su mayor enemigo que también le disputa el amor de una chica.