Oliver Jeffers
Valencia: Andana Editorial, 2018
«¿Y si establecemos una nueva regla de vida desde esta noche?: intentar ser siempre un poco más amable de lo necesario».
Oliver Jeffers comienza con esta cita de J. M. Barrie Estamos aquí, una recopilación de notas sobre el planeta tierra y las personas y los animales que viven en él. Su intención es elaborar una especie de guía para ayudar a su hijo (el libro fue creado durante sus primeros dos meses de vida) a entender este mundo tan hermoso como complicado al que acaba de llegar y, sobre todo, para hacerle consciente de que en la Tierra somos muchos seres vivos y que es importante ser amable con todos ellos.
Mientras trata de describir todos los aspectos de la Tierra (desde su ubicación en el universo hasta la estructura interna de los seres que lo habitamos), Jeffers nos recuerda que aquí convivimos, descubrimos y evolucionamos, que este planeta es un lugar pequeño en comparación con la magnitud del Sistema Solar, pero grande por todas las cosas maravillosas que lo llenan. Y así logra con maestría convertir un proyecto tan personal en un mensaje universal. Me faltan adjetivos para describir lo especial que es este libro.
Jeffers se vale de un maravilloso catálogo de Saturnos, estrellas, tesoros piratas, ballenas, sueños, zepelines, artistas, bebés y todo lo que en definitiva forma parte de nuestro planeta, para compartir su conocimiento del mundo y hacernos partícipes de su ilusión al convertirse en padre, promoviendo a su vez el respeto hacia la diversidad, el amor por los animales y el entorno natural. Es un libro salido del corazón en el que el talento artístico se pone al servicio de los sentimientos más sinceros dando como resultado una historia honesta, que es lo que más me conmueve. Con sus características ilustraciones cargadas de gran sentido del humor y un optimismo abrumador, Jeffers nos hace ver que este mundo en el que vivimos no es un lugar perfecto, pero encuentra la manera de destacar todo aquello por lo que es especial, empezando por las personas que lo habitan. Es además un canto a la vida, a una nueva vida que empieza y que tiene mucho por descubrir: no se me ocurre mejor bienvenida al mundo para un recién nacido.