Entrevista a María Teresa Andruetto

María Teresa AndruettoMaría Teresa Andruetto nació en 1954 en Arroyo Cabral, Argentina. Es hija y nieta de inmigrantes italianos. Estudió Literatura en la Universidad de Córdoba. Integró el equipo fundador del CEDILIJ (Centro de Difusión de Literatura Infantil y Juvenil) e hizo parte de su consejo directivo entre los años 1984 y 1995. Junto a este grupo de amigas y amigos fue creciendo la semilla de su vocación social, que se manifestó en la construcción de lectores y en la búsqueda de un lenguaje particular que le diera voz a su experiencia vital. En colaboración con Perla Suez fundó la revista Piedra Libre. Formó parte del consejo asesor de PROPALE (Programa Para la Lectura Córdoba) y colaboró con numerosas publicaciones de su país y del extranjero que abarcan problemáticas en torno a la literatura infantil y juvenil, la narrativa escrita por mujeres y la poesía.

Stefano (María Teresa Andruetto)Publicó las novelas para adultos Tama (Alción, 2003), La mujer en cuestión (De Bolsillo, 2009), Lengua Madre (Mondadori, 2010), Los manchados (Penguin Random House, 2014) y el libro de cuentos/adultos Cacería (Mondadori, 2012); numerosos libros destinados a niños y jóvenes, entre los que se encuentran Stefano, El país de Juan, Veladuras y La niña, el corazón y la casa, los libros de cuentos El anillo encantado, Huellas en la arena, La mujer vampiro y Miniaturas; los álbumes El árbol de lilas, Solgo, Trenes, La durmiente, Campeón (Dale campeón fue reeditado por Calibroscopio como Campeón), Había una vez y El incendio; y los libros de poemas Agua cero, Peras, Mujeres, artes y oficios y Trece modos de mirar a un niño, que salieron en colecciones infantiles o juveniles; Kodak, Pavese, Beatriz y Sueño americano son cuatro libros de poemas que salieron en ediciones/colecciones adultos. Sus reflexiones están recopiladas en Hacia una literatura sin adjetivos y La lectura, otra revolución. Su experiencia en talleres de escritura en La escritura en el taller y El taller de escritura en la escuela (estos dos últimos libros escritos en colaboración con la también escritora Lilia Lardone)

Su obra ha sido traducida al alemán, gallego, portugués e italiano, chino, turco, coreano, esloveno y la ha hecho merecedora de importantes reconocimientos: Premio Luis de Tejada (1993), finalista del Premio Rómulo Gallegos con su novela Lengua madre, Lista de Honor de IBBY, Premio Iberoamericano a la Trayectoria en Literatura Infantil SM 2009, Premio Universidad Nacional de Córdoba 2012, Premio Konex y Premio Konex de Platino 2014 a la trayectoria y Premio Hans Christian Andersen en Literatura Infantil.

La primera vez que vi a María Teresa Andruetto fue el 9 de mayo de 2014 en la Feria del Libro de Bogotá. Me impresionó su voz marcada por la melancolía de los pueblos de la llanura argentina. Desde entonces admiro la fuerza indómita de su lenguaje que deja fluir un río de voces singulares y luces que una vez vistas jamás se olvidan.

Escribiste en tu libro de ensayos La lectura, otra revolución: “Me crié en una casa donde había relato, una casa en la que se contaba de mil maneras, con muchos detalles, la vida de los que habían estado antes: personas que habían vivido en pueblos lejanos o habían llegado a América, que habían arriesgado y perdido o ganado todo; se contaba lo extraordinario que habita en cada uno de nosotros, lo extraordinario de la vida misma” (1). ¿De qué manera el contexto familiar en el que creciste se transformó en la escritura de Lengua madre (2), La niña, el corazón y la casa (3) y Stefano (4)?

La lectura, otra revolución (María Teresa Andruetto)Justamente en esos libros es donde, me parece, la cultura de (mi) infancia está más presente. He ido en otros libros, hacia otras zonas, tal vez más distantes de lo biográfico, pero en estos que mencionas y en un pequeño libro de poemas que se titula Kodak, el material de ficción ha sido la llanura, las formas de vida de los descendientes de inmigrantes, la melancolía de los pueblos de provincia, en fin rasgos y zonas que han estado en mi propia vida, aunque –como sabemos– lo biográfico en la ficción se altera siempre, se astilla, se disemina y también se esconde, nunca aparece de modo literal, porque el propósito no es contar lo propio (que no es tan interesante) sino en todo caso algo que está en el aliento, en la respiración de una comunidad de la que tal vez hayamos formado parte.

En una charla que ofreciste en la Feria del Libro de 2014 en Bogotá afirmaste que el camino de tu propia escritura cobró vida cuando tuviste una voz narrativa. Cuéntanos cómo fue dándose la búsqueda de tu propia identidad en la cual descubriste también las diversas lenguas de tu pueblo.

Desde muy chica me llamaba la atención la diversidad de miradas que podía haber en torno a un mismo hecho, me desestabilizaba un poco esa incerteza. Con los años descubrí que la incerteza y la parcialidad son muy interesantes en las ficciones, porque en ellas no importa lo general, sino lo particular. También desde chica me llamaban mucho la atención las voces, las distintas hablas que circulan en una comunidad, eso me sacó pronto de la dicotomía entre lo correcto y lo incorrecto, el hablar bien y el hablar mal… y entonces el lenguaje pasó a ser otra cosa, no una demostración del buen decir sino un vehículo a través del cual se puede ver completa a una persona, psiquis, sentimientos, género, historia, condiciones sociales, experiencia, época en que vive, todo eso y más todavía persiste/resiste en nuestros modos de decir. Captar algo de eso, construir un ser a través de su decir, es una de las máximas aspiraciones de la ficción.

El surgimiento de tu escritura obedece a la confluencia de lo individual y lo público y a la encrucijada histórica que impidió que ciertos deseos pudieran cumplirse. ¿Cómo rememoras este desvío en tu vida?

Lengua madre (María Teresa Andruetto)Bueno, la vida es siempre una negociación entre los deseos y lo posible. Si bien yo escribía, como un acto privado, no me planteaba ser escritora, mi máxima aspiración era convertirme en profesora en la universidad, pero alcancé a terminar mi carrera de grado unos meses antes del golpe de estado de 1976 y eso cambió decididamente las cosas, produjo un desvío, como bien decís, porque alguien como yo (que había tenido alguna participación en la política estudiantil) no podía permanecer en la universidad, tampoco me pareció prudente, por las cosas terribles que pasaban por entonces, seguir viviendo en Córdoba. En fin, un desvío que me llevó hacia otros modos de ganarme la vida, algunos muy precarios, hasta finalmente encausar en la docencia (primero secundaria y luego terciaria) cuando la dictadura terminó. Néstor Perlongher dice que la escritura es desvío. Creo que tiene razón, sobre todo es desvío de la norma, de lo establecido, de lo correcto, de lo aceptado, de lo ya instituido, una fuerza que empuja a abrir las compuertas de la lengua y del pensamiento, una pulsión a desobedecer.

Creo que encontraste esa conexión sagrada entre la escritura y los otros trabajando con tus amigas y amigos en los proyectos del CEDILIJ. Según Evelio Cabrejo-Parra (5) el acto de leer se desenvuelve en tres libros: “el libro interno o psíquico”, “el libro de la intersubjetividad” y “el libro del mundo”, porque como tú bien anotas: “hay algo sagrado en la vinculación entre un escritor, su lengua y su sociedad” (6). Considero que una de las grandes dificultades que experimentamos es cuando dejamos de tejer puentes con los otros. “De haber escuchado, de haber prestado atención a lo que oíamos, de haber vuelto los ojos hacia lo que permanecía excluido, olvidado o negado, también hubiéramos podido comprender y ser comprendidos, además de volvernos responsables” (7). En este sentido, ¿qué tensiones y conflictos encuentras entre las siguientes parejas de frases expuestas por Luiz Percival Leme Britto (8): Huida y evasión – Introspección necesaria y productiva / Objeto de arte en la sociedad capitalista – Rigor, comprometimiento y libertad del lector?

Me gusta mucho el pensamiento de Percival Leme Britto, he coincidido con él cada vez que lo leí o escuché. La pregunta, podría dar lugar a largas reflexiones, pero en lo breve de este espacio y en la respuesta improvisada, diría que la literatura, el arte, cuando es tal, no es huida sino inmersión. Claro que la producción de libros o de obras no es necesariamente arte, estamos ante un hecho artístico (cualquiera sea) cuando eso que vemos o leemos nos lleva hacia nosotros mismos, nos lleva un poco más hacia nuestra conciencia de ser. La escritura (el pensamiento es de Clarice Lispector) es el largo camino hacia la propia cosa, también lo es la lectura. Para eso, creo, es interesante leer, no se trata de la lectura en sí misma como destreza o reproducción, sino como un camino hacia nosotros mismos. Para que esa libertad y esa exigencia de lector (libertad nacida de la exigencia) sea posible el artista debe hacer ese camino de compromiso que refiere Percival. Es que, como dijo alguna vez el poeta Vladimir Holan, desde la idea a la obra, el camino se hace de rodillas…

Encuentro en tu libro Veladuras una poderosa metáfora de la escritura. Le diste voz a Rosa Mamaní. Ella hace veladuras, técnica que le permite reparar y ornamentar imágenes de santos: “Yo se lo dije una vez al doctor Freytes, cuando estaba allá en la casa de Descanso: primero uno cubre todo y después va sobando de a poco lo que tiene soterrado, que es siempre lo que duele y hay que soliviar. Es de ese modo como se cubre lo que estaba expuesto. Por eso pienso algunas veces que si pudiera hacerme yo misma a mí unas pátinas como estas que les hacemos a los ángeles, si pudiera pasarle pan de oro a lo que ha perdido el brillo, si al alma de uno le fuera bien hacerle veladuras, seguro que lo que duele se pondría opaco y no se sufriría más”. (9Escribes por capas en un proceso lento que te lleva muchos años. ¿Cómo fue el proceso creativo de este libro?

Veladuras (María Teresa Andruetto)Escribo por capas y muchas veces un libro tiene varios momentos de escritura con largos períodos de descanso intermedios, pero no fue tan así con ese libro. El origen fue algo que una mujer (a la que no conocía, a la que no volví a ver) me contó acerca de su padre, no tanto los hechos, sino el sentimiento que me pareció que la unía a su padre y cierto rencor que la vinculaba a su madre. Después eso se mezcló con la técnica de las veladuras que una amiga, artesana y artista plástica, sabe hacer y luego todo eso se mezcló a su vez con ciertas voces del noroeste argentino que escuché de muy joven y quedaron en mi corazón…Me propuse tres cosas en ese libro, contar la historia hacia atrás, contarla desde una voz del noroeste y contarla desde una joven que tiene la cabeza un poco confundida por lo que le ha pasado, tardé un poco en encontrar la primera frase, después fue sencillo, me dejé llevar por esa voz, ella me fue abriendo la historia…

Conversemos acerca del origen de El país de Juan (10). Esta dolorosa historia de emigrantes es narrada con un tono poético muy particular: “Pero nadie pudo evitar que la gente se volviera cada vez más pobre, y el país de Juan cada vez más lejano y extraño. Hay una canción que dice: Piden pan y no les dan / Piden queso y les dan hueso. / Así son las cosas en el país de Juan, / y es por eso que la gente se cansa. / Se cansa y grita, / llora, / lucha / en el país de Juan”. 

El país de Juan (María Teresa Andruetto)Escribí El país de Juan durante el desolador verano del 2001/2002, momento en que nuestro país se estaba derrumbando en una crisis institucional, social y económica sin precedentes. También yo estaba mudándome para entonces a esta casa adonde ahora vivo que si bien no es el campo, es más rural que donde antes vivía. La historia iba hacia otro lado, pero llegaron esos días y lo que estaba escribiendo se desvió y el asunto dominante fue la pobreza, la caída, la pérdida… lo que sí fue consciente, es la decisión de contar esa pobreza en un tono no realista, imbuido de cierta poesía, no acentuar el drama sino proporcionarle el tono de un relato maravilloso. Me guiaban algunos relatos del gran escritor argentino Daniel Moyano.

Tu poema El pan es una intensa condensación de la búsqueda de plenitud y de conciencia: “Primero / Conviértete en fermento, / en levadura, / en volcán. / Construye luego / con tu harina buena / una torre / sobre la mesada. / Y horádate el centro. / Cávate. / Y vuelca en ese pozo / todos tus afanes. / Entonces / Enciéndete y crece. / Crece. / Duplícate / Una y otra vez. / Cocínate. / Quémate. / Inmólate. / Y ofréndate / como una hostia”. (11) ¿Qué poetas se han incrustado en tu pensamiento hasta marcar tu voz poética? 

Beatriz (María Teresa Andruetto)Leo mucha poesía, me interesan especialmente algunas estéticas, su confluencia, su mixtura: el objetivismo, el neo-romanticismo y la poesía social, especialmente cuando no están en estado puro. Leo a muchas mujeres poetas, muchos poetas escondidos en las provincias, todo deja su impronta, pero algunos/as de ellos, me han llevado más intensamente hacia la escritura, siempre deudora de lo que leo. Poetas como Circe Maia (sobre la que hice su antología La pesadora de perlas, para la editorial cordobesa Viento de fondo), Beatriz Vallejos, en homenaje a la cual escribí Beatriz (Argos, 2005), Marina Colasanti (de quien traduje los poemas de Ruta de colisión, Ediciones del copista, 2005), Cesare Pavese, cuya enorme figura se filtra en mi Pavese/Kodak (Ediciones del dock, 2008), Patti Smith, que aparece en mi Sueño americano (Caballo negro, 2008) y muchos otros siempre releídos, siempre presentes, entre los cuales no quisiera olvidar a Emily Dickinson, Adelia Prado, Eugenio Montale, Antonio Machado, Wallace Stevens, Viel Temperley, Irene Gruss, Diana Bellessi…, en fin, son tantos, tantas…

De pequeña, imaginaste la forma de una biblioteca como un árbol de paraíso con sus flores lilas. Esta imagen se ancló con fuerza en tu libro interior. ¿Qué correspondencias encuentras con El árbol de lilas (12) y Veladuras?

No sé decirte, no había pensado en eso…, ahora que lo mencionas, el árbol de paraíso tiene pequeñísimas flores lilas, de niñas mi hermana y yo hacíamos collares con esas flores….

El caballo de Chuang Tzu (13) es una profunda metáfora de la suspensión de la incredulidad de la que hablaba Coleridge. El paisajista chino Shitao dijo: “El pincel sirve para sacar las cosas del caos”. ¿Cómo ha sido tu relación con Oriente y con el silencio y la lenta paciencia que preceden a toda escritura?

El caballo de Chuang Tzu (María Teresa Andruetto)No conozco el oriente lejano más que en los libros, pero quizás por eso mismo, por lejano, por incontrastable con la realidad, alimentó en mí (como en tantos) el imaginario… La suspensión de la incredulidad, obtener del lector credulidad aun en las situaciones más inverosímiles, poder construir eso en quien nos lee, es la moneda que perseguimos al escribir… En cuanto al silencio y la paciencia, han sido siempre una búsqueda a contracorriente de mí misma que soy habitualmente conversadora e impaciente, así es que he logrado en el ejercicio de escribir, no diría el silencio pero sí una condición para demorarme, que en la vida cotidiana no tengo.

Marguerite Duras anotó en Escribir: “Mi habitación no es una cama, ni aquí ni en París, ni en Trouville. Es una ventana determinada, ritos de tinta negra, huellas de tinta negra inencontrables, es una silla determinada” (14). ¿Cómo describirías tu propia casa de la escritura?

En lo externo, el lugar de escribir es mi casa. Ahora es una casa amplia rodeada de un terreno grande, con animales y plantas, pero en una época fue una casa pequeña con un patio también pequeño, donde escribí mientras mis hijas crecían, en medio de las labores de la casa y de los trabajos de vivir, y antes fue una pieza diminuta, bastante precaria. Pero siempre en ese centro que es la casa de uno… En lo interno es un anclaje, hacer pie en el centro de algo buscando que aparezca una voz que de tan propia, se vuelva de otros, se enajene.

Video de homenaje a María Teresa Andruetto elaborado por el Centro de Difusión e investigación de la Literatura Infantil y Juvenil (CEDILIJ), con motivo del Premio Andersen que obtuvo en 2012


Notas

1. “Leer, derecho de todos”. En: La lectura, otra revolución. Col. Espacios para la Lectura. México: Fondo de Cultura Económica, 2014, pp. 123-124. [volver]
2. Lengua madre. Bogotá: Babel Libros, 2013. [volver]
3. La niña, el corazón y la casa. Bogotá: Babel Libros, 2012. [volver]
4. Stefano. Bogotá: Babel Libros, 2008. [volver]
5. Cabrejo-Parra, Evelio: “La lectura comienza antes de los textos escritos”. En: Nuevas Hojas de Lectura, nº 3. (Bogotá, septiembre-diciembre de 2003). [volver]
6. “En busca de una lengua no escuchada todavía”. En: La lectura, otra revolución. Col. Espacios para la Lectura. México: Fondo de Cultura Económica, 2014, pp. 48-49. [volver]
7. “La lectura, otra revolución”. En: La lectura, otra revolución. Col. Espacios para la Lectura. México: Fondo de Cultura Económica, 2014, p. 109. [volver]
8. Leme Britto, Luiz Percival: “Literatura, conocimiento y compromiso con la libertad”. En: Inquietudes y desacuerdos: la lectura más allá de lo obvio. Trad. Silvia Castrillón, Beatriz Peña. Bogotá: Asolectura, 2010. [volver]
9. Veladuras. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2012, pp. 21-22. [volver]
10. El país de Juan. Il. Gabriel Hernández. Col. Sopa de Libros. Madrid: Anaya, 2003, p. 51. [volver]
11. Andruetto, María Teresa / Barei, Silvia: Mujeres, artes y oficios. Edición al cuidado de Elena del Carmen Pérez. Córdoba: Comunicarte, 2013. [volver]
12. El árbol de lilas. Il. Liliana Menéndez. Córdoba: Comunicarte / Infantil, 2006. [volver]
13. El caballo de Chuang Tzu. Il. Istvansch. Col. Vaquita de San Antonio. Córdoba: Comunicarte, 2012. [volver]
14. Duras, Marguerite: Escribir. Trad. Ana María Moix. Barcelona: Tusquets, 1994, p. 17. [volver]

4 comentarios en “Entrevista a María Teresa Andruetto

  1. Ewy Rubiano
    18/04/2017 a las 23:54

    Que gusto de conocer a Maria Teresa, viviamos a escasas cuadras de distancia, en Oliva, Provincia de Cordoba en Argentina. Felicitaciones.

  2. Maricel
    07/04/2016 a las 21:45

    Impecables respuestas! Impecable entrevistador! Un gran placer leerlos.

  3. mabelanchelergues
    30/03/2016 a las 19:24

    divina, Profe. Nos diste unos talleres maravillos en la Ciudad de Mendoza hace más de dos décadas. Inolvidable. Encendedora de fueguitos, diría Galeano

  4. Sabrina
    30/03/2016 a las 17:26

    Me atraviesan las lecturas de Andruetto. hermoso homenaje.

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