Entrevista a Katsumi Komagata

Katsumi KomagataCon la fuerza de un samurai y la humildad de un comerciante

Todo estaba listo para que Katsumi Komagata y yo nos conociéramos, días antes de su llegada a Ciudad de México habíamos platicado por facebook y quedamos en que, además de la entrevista, yo tomaría el taller que impartiría durante dos días en la Biblioteca Vasconcelos a promotores de lectura. Me dijo que era importante para él que yo experimentara el taller para que así comprendiera plenamente su trabajo.

Y así fue, el taller se convirtió en una gran convivencia; primero nos explicó cómo era su trabajo, cómo eran sus libros y cómo íbamos a trabajar nosotros.

¡Comencemos! Primero había que tomar una hoja pequeña de papel y recortar dos formas, las que fueran… no tenían que ser algo en especial. Así, los más de 30 asistentes al taller escogimos el papel de color, y en cuanto las tijeras comenzaron a hacer lo suyo, sin darnos cuenta, habíamos cortado también todos los vicios que cargamos como adultos; las tijeras se movían solas… Después tuvimos que pasar esas dos piezas recortadas y el resto del papel a la persona que se encontraba a la derecha, ya que cada uno trabajaría con las formas de otro. Y ahora sí… ¡a inventar! ¿Qué podrían ser estas extrañas figuras que me entregaron? Así, todos creamos escenas insólitas, y ese era el propósito; Komagata no nos dio papel y tijeras, nos brindó la posibilidad de inventar y crear mundos paralelos dentro del salón.

Taller de Katsumi Komagata

De la oscuridad nace el color Pero el taller apenas comenzaba; por la tarde, el segundo ejercicio consistía en recortar una figura en base al color de nuestro papel… Algo rosa, o algo azul o verde… Sí, pero con los ojos vendados, para comprender un poco el trabajo que Komagata realiza con niños ciegos. No fue nada fácil, los sentidos se alteran, las formas pierden sus proporción y la angustia de no ver lo que se está haciendo permea el salón. El resultado en la gran mayoría de personas es muy diferente al que se tenía en mente, según los comentarios que se hacían. La segunda parte de este ejercicio consistió en lo mismo, pero ahora la figura tenía que mantenerse en pie como una escultura. Katsumi nos entregó el papel y nos decía el color, ya que teníamos los ojos vendados. Así, mi papel azul se convirtió en una cascada y en un río. Al acabarse el tiempo, todos nos descubrimos los ojos y para nuestra sorpresa, los papeles eran negros… Así, mi cascada ya no lo era más. Así, el asombro de todos se convirtió en risas y parloteo.

Taller de Katsumi Komagata

Atando cabos y triángulos El último ejercicio se dio en el segundo día de trabajo y consistió en una tira blanca de papel que doblada, tenía un triángulo rojo impreso, pero, al desdoblarse, el triángulo se fragmentaba en tres. “¡Ahora tienen que unir de alguna forma esas tres piezas!”. Y así, las tijeras parecían maquinitas, el ruido que hacían al cortar el papel inundaban todo el lugar, los papeles de colores volaban de un lado a otro. Los resultados fueron impresionantes, incluso las personas que se autodenominaban como no creativas se sorprendían de su propio resultado: trenes, personajes, rehiletes… El salón fue invadido por explosiones de formas, de colores, pero sobre todo de conceptos gráficos muy bien realizados y de alto nivel. Según nuestro sensei, esto sucede cuando la persona trabaja en libertad.

Taller de Katsumi Komagata

La verdadera lección Para terminar, Komagata nos habló sobre una frase qué el lleva a todos los ámbitos de su vida: 一期一会, (Ichi-go Ichi-ee), que significa Una vez, un encuentro. Una oportunidad única en la vida, de este modo vive Komagata y nos invita a que hagamos lo mismo; vivir cada momento como es: único. También nos habló de la Antigua ceremonia del té: “Antiguamente, en Japón los samuráis eran la clase más alta de la sociedad, y los comerciantes se encontraban abajo del todo. Pero los comerciantes no querían que esto siguiera así, querían poder conocer y hablar con los samuráis, poder ser más iguales. Un día se les ocurrió que para conocerse mejor los invitarían a tomar el té; y construyeron esta pequeña habitación en la que se sentirían seguros, ya que por aquel entonces, si por cualquier motivo alguno de los samuráis se molestaba, tenía el derecho de sacar su espada y matar a los comerciantes. El cuarto era tan pequeño que sacar la espada resultaría imposible. Y no solo disfrutaron la velada sin que nadie resultara herido, sino que los samuráis comprendieron mejor a los comerciantes y los comerciantes salieron de ahí enriquecidos con el conocimiento de los valientes guerreros. En ese salón de té las diferencias se desvanecieron, y todos se convirtieron en uno”. Esa era la intención del taller, que todos nos conociéramos y trabajáramos… Como uno solo.

Así, Katsumi Komagata nos dio una gran lección que no solo aplica a los libros, o al recorte de papel… Nos dio una gran lección para toda la vida. Una lección digna de un samurái.

Taller de Katsumi Komagata

Pero para conocer mejor a Katsumi, había que preguntar. Este es él:

¿Cómo comenzó esta historia? De tu vida en Japón a trabajar en CBS en Nueva York y llegar a hacer libros para niños…

Bueno, antes de irme a Nueva York trabajé en Nipon Design Center, que es uno de los más grandes estudios de diseño comercial, ahí realicé mucho trabajo comercial, pero yo quería hacer gráficos más puros, así que decidí irme a Estados Unidos; al principio no sabía nada de inglés, así que los primeros tres años los pasé haciendo toda clase de trabajos y aprendiendo el idioma por mi cuenta. Eso fue en Los Angeles, después me fui a Nueva York y finalmente ahí encontré el empleo en CBS… Esa es la historia.

Cuando estás trabajando en un libro, ¿cómo llegan las ideas?

Antes de que naciera mi hijo, me topé con libros como los de Bruno Munari o Leo Lionni. Estos libros me parecieron muy interesantes por su propuesta para niños. Para mí es muy importante ver la realidad, enfrentarla, así que cuando tuve a mi hija vi cómo respondía a las cosas, al mundo nuevo que le rodeaba. De modo que comencé a hacer libros para ella y para mí. Era una forma de comunicarme con un bebé que aún no hablaba.

Taller de Katsumi Komagata

¡Y estos libros que eran para ustedes dos se trasladaron a todo el mundo!

(Risas) Sí, pero al principio era una cosa privada, era una cosa pequeña. Creo que es muy importante que la idea funcione para alguien, y necesitamos un lector para comprobarlo; no tiene por qué ser un niño, pueden ser amigos o padres, o la mamá o el papá… Cualquier persona vale, pero realmente necesitamos tener un lector. Al igual que en un juego de béisbol, el pitcher lanza la bola al bateador y el bateador golpea la bola. De esta manera vemos cómo la gente responde al concepto, y es por eso que siempre se necesita un lector.

En tus libros hay una estrecha y fuerte relación con la naturaleza; en la cultura japonesa es algo común, pero aquí en occidente, incluso en Europa, esto no sucede. Solo los japoneses aprecian la naturaleza de ese modo… ¿Por qué es importante para ti mostrar la naturaleza en tus libros?

Porque el ser humano también pertenecen a la naturaleza. En el caso de Japón, tenemos muchos dioses diferentes y todos están relacionados con la naturaleza, no como un dios simbólico como Cristo o Mahoma, los dioses de Japón son la naturaleza y protegen la naturaleza. Esta cultura adquirida me ayuda a decirle a los niños que también pertenecen a la naturaleza y que dependen de ella.

Taller de Katsumi Komagata

¿Si tuvieras que ser un animal, ¿cuál escogerías?

Ehhh… (Risas) Bueno… cuando era niño quería convertirme en mosca.

¿En mosca? ¿Por qué?

Sí, en una mosca, el insecto… Porque podría volar a donde quisiera, y como es un animal pequeño nadie me vería.

Tus libros hablan sobre la realidad, pero al mismo tiempo son muy imaginativos. ¿Cómo logras el equilibrio entre ambos mundos?

No podemos poner todo en un libro, es imposible, así que cuando fui consciente de ello, me di por vencido y renuncié a hacerlo. Sin embargo, podemos destacar cosas, y si se además puedes sintetizar, entonces consigues imágenes simples. La simplicidad es difícil de manejar, porque cuando se llega a la simpleza, se tiene un montón de espacio alrededor, por lo que no podemos pretender poner muchas cosas en él. Así que mis libros son visualmente simples, pero con una idea fuerte, y le pido a los lectores que aporten su propia imaginación.

O sea, tú haces parte del libro, pero el lector debe hacer otra parte descubriendo lo que ahí se encuentra…

Exacto.

Katsumi Komagata

¿Qué lección te han dejado los niños durante el taller que impartes?

Bueno, como he dicho a los demás, la idea es divertirse, eso es todo. No quiero enseñar algo a los niños, no quiero hacerlos pasivos. Lo que debemos hacer es inspirarles para crear. Compartir la experiencia es muy importante para mí, porque esto hace a todos iguales, como en la anécdota de los samuráis y los comerciantes. Mi concepto para hacer el taller es como la ceremonia del té: invitar a la gente, divertirse y compartir la cultura para conocernos mejor y llegar a ser como uno solo.

Hablando de la infancia, ¿cuál fue tu libro favorito?

No sé… Tengo muchos libros, pero en mi infancia no pude tener libros ilustrados, ya que éramos bastante pobres en Japón debido a la guerra, así que tenía novelas.

¿Cuál es tu papel favorito?

¡Oh! Es difícil de decir… Me gustan muchos papeles. Tal vez un papel fino y transparente, pero es difícil lidiar con esos papeles a la hora de imprimir, ya sabes.

¿Cuál es tu dibujante favorito?

Leo Lionni me gusta mucho.

¿Tu música favorita?

¡Rock! Los Rolling Stones, los Beatles…

¿Tu postre favorito?

Pastel japonés.

¿Tu color favorito? Solo puedes elegir uno.

Mmmm… Blanco.

Taller de Katsumi Komagata

3 comentarios en “Entrevista a Katsumi Komagata

  1. Rosa Ma. quesada
    13/07/2012 a las 16:18

    Fui a ver su trabajo en la Megabiblioteca y me fascino!

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