Texto e ilustraciones de Lucía Serrano
Madrid: Anaya, 2011
Irene es una niña con padre, con madre, con su cuarto para ella sola, con sus juguetes, con sus peluches, con sus grandes ideas. Y claro, cuando llega la hora de irse a dormir, Irene se va, pero las ideas no. Y así, con esas ideas bullendo dentro de su cabeza, el reto de conciliar el sueño es casi imposible. Pero Irene es una chica lista y tiene sus trucos para quedarse “en blanco”. No es nada sencillo, pero… pero Irene atrapa ese descanso absoluto; se da media vuelta y a dormir. ¿A dónde habrán ido a parar esas ideas que la alejaban del sueño? A mí no me miren. Mejor deténganse en la última página de este cuento-metáfora escrito e ilustrado por Lucía Serrano. Demórese y compruebe cómo esta historia lineal, simple y bien desarrollada llega a su desenlace.
Lucía Serrano debutó con notable éxito en la LIJ. Se presentó al premio “Princesa de Éboli” con El día que olvidé cerrar el grifo, la historia de un niño con una imaginación desbordante. Estábamos en el 2008 y L. S. se llevó la primera alegría o premio. Un año después probó suerte en el XIII concurso “A la orilla del viento” y ganó con ¡Qué niño más lento! En aquel álbum que ella también escribió e ilustró aparecía un niño muy particular, un niño que ejercía de tal a una velocidad que exasperaba a los adultos. A estos títulos le siguen Yo quiero una mascota, Bona nit monstres, Tots a taula! y algún libro más en los que Lucía es solo responsable de la parte ilustrada, dejando la escritura para otros.
Personalmente prefiero los libros que ella ejecuta al 100%. Y es que cuando L. S. escribe lo hace buscando experiencias rutinarias de protagonistas con todo un mundo por descubrir; y que, bajo la mirada atenta de la autora, sorprenden al lector con zarpazos de un humor fino, sano y osado.
En blanco es álbum para primeros lectores editado por Anaya en esa colección tan apetitosa llamada Sopa de Cuentos. Un álbum ilustrado donde la tinta china negra destaca no solo sobre el blanco del fondo, sino por el trazo suelto, confiado, espontáneo y desenfadado de la joven autora (creo no exagero si al observar los personajes pensamos en Blake, Sempé, Ross…). Negro sobre blanco sin falso brillo que se hace acompañar de las “ideas-garabatos” a color. Mestizaje creativo que enriquece y complementa la narración secuencial de forma impecable. Talento narrativo e interpretativo el de Lucía Serrano. A la altura de los grandes.
Y si lo visible no está en ninguna parte, lo invisible menos. Bueno tal vez exagere, y es que un poco de ambas partes las podemos encontrar en este En blanco.