Patricia García-Rojo
Ilustraciones de Iratxe López
Madrid: SM, 2015
Premio Gran Angular 2015
«Vivo en un tejado, tengo un barco hecho en su mayor parte de corcho blanco, una piedra mágica y una novia que no me lo creo. Aunque eso no siempre ha sido así. Por eso lo cuento».
Así arranca El mar, la novela que le ha valido a Patricia García-Rojo el Premio Gran Angular 2015. La escritora jienense ya fue finalista del galardón en 2013 con Lobo, justo el año que ganó La loba de Verónica Murguía. Ahora sí, la escritora entra en el palmarés.
El mar es a todas luces una novela inusual, con un curioso punto de partida: después de una terrible ola, el mar ha ganado kilómetros a la tierra y muchas de las antiguas ciudades costeras han quedado sepultadas bajo toneladas de agua. Los mapas se han redibujado con nuevas líneas de costa, pero mientras las autoridades estatales se recomponen y organizan para afrontar la situación, algunos vecinos de las poblaciones devastadas se niegan a dejar sus casas. Si no sus casas, que están sumergidas, por lo menos sus tejados, que todavía sobresalen tímidamente sobre la línea del mar.
Rob es uno de los supervivientes. La ola se llevó a su familia cuando no era más que un niño, y aunque los servicios de emergencia hicieron por llevárselo al interior, donde enseguida lo adoptarían y matricularían en un colegio, el chico se resistió y prefirió quedarse en los tejados de su antigua ciudad. Hubo más como él que se negaron a abandonar su mundo, aunque este estuviese pasado por agua.
Muchos años después, Rob es un joven cazatesoros hecho al estilo de vida del mar. Los supervivientes se han acostumbrado a la cotidianidad de las azoteas, donde las barcas son el sistema de transporte por excelencia y el buceo, la actividad principal. No es que les sobren los recursos, pero los ingenieros de la comunidad se las han ingeniado para dotarlos de electricidad y agua corriente. Quizá no tengan teléfono móvil, euros o Starbucks, pero tampoco los necesitan.
Sin embargo, la apacible existencia de Rob se pone del revés cuando encuentra una piedra rosa en una de sus excursiones submarinas. Muy pronto descubre sus poderes y el modo de utilizarlos en su provecho; nuestro protagonista está a punto de embarcarse en una aventura que afectará a todos los vecinos.
Lo extraordinario de la trama de El mar es que dota de naturalidad a los elementos más extraordinarios, como la aplastante invasión del agua, al mismo tiempo que añade un toque de fantasía a una historia que por lo demás resulta creíble. La mezcla funciona, igual que la voz del narrador, Rob, que con una primera persona nos traslada a su mundo sencillo y nos seduce sin querer con su estilo de vida, tan alejado de los que presumen de tener los pies en la tierra. Rob tiene los pies en el mar, pero sus prioridades están muy lejos de hacer aguas.
Patricia García-Rojo es una jovencísima escritora con un talento narrativo al servicio de la historia, capaz de transmitir no solo con la trama, sino también con el modo en que está contada. El mar es una novela excepcional, con un mensaje tan potente y radical al mismo tiempo que su lectura deja un poso que dura más allá de la última página; uno no deja de pensar en la historia incluso semanas después de cerrar el libro. Es imposible escapar de su reflexión.
El mar es realismo mágico, pero funcionaría igual de bien sin la piedra mágica y seguiría funcionando sin desastres naturales extraordinarios. El mar, después de todo, es un alegato a la felicidad en las pequeñas cosas, incluso cuando vives en un tejado y te mueves con un barco de corcho blanco. Es ahí donde esconde su auténtica magia.
Hola Meritxell, las ilustraciones son de Iratxe López, se nos había olvidado mencionarlo. Gracias por el aviso.
Y las ilustraciones de quién son?