Mónica Gutiérrez Serna
Barcelona: Thule, 2011
¡Qué preciosidad de libro!, pensé al hojear El mar y otras cosas de las que también me acuerdo, para descubrir de inmediato que la excelente factura plástica de este álbum resulta bien narrativa –una estupenda manera de resolver la interacción entre imágenes y relato–, pues cada uno de los cuadros que lo componen representa una pincelada de la memoria de la protagonista que narra recuerdos de infancia, los primeros registrados solo en tonos de azul, en las brumas de la indistinción, que darán paso al cromatismo y la nitidez de las formas en un proceso de aprendizaje y crecimiento asociados a la relación con un viejo maestro, a los paseos junto al mar, a la dulzura del transcurrir de los veranos.
Relato de experiencia vivida, autobiográfico, sobre el proceso que significa aprender a mirar, observar, capturar las escalas del color y de la luz, retener las líneas, las masas y los movimientos de objetos y paisajes para recrear una percepción del mundo. Homenaje al hombre que animó ese proceso con su presencia y su capacidad para hacer pensar formulando preguntas, que no adelantando respuestas.
La autora evidencia su dominio de la técnica y hace un inteligente uso de las transparencias que velan/desvelan su evocación. Entrañable lectura, pacífica contemplación.
Luis Arizaleta (luisarizaleta@telefonica.net)