El dragón de papá

El dragón de papáRuth Stiles Gannett
Ilustraciones de Ruth Chrisman Gannett
Traducción de Marta Alcaraz
Madrid: Turner, 2014

El dragón de papá fue el primer libro publicado por Ruth Stiles (Nueva York, 1923). Lo escribió en 1944, cuando solo tenía 21 años, y lo ilustró su madrastra, Ruth Chrisman, junto a quien completaría esta historia con dos libros más. El libro, que no se publicó hasta cuatro años más tarde, fue galardonado en 1949 con una medalla Newbery, y también seleccionado por la ALA como “Notable Book”.

El dragón de papá cuenta la historia de Elmer Elemento (a quien en todo momento se referirá la narradora como “papá”), un chico cuyo máximo deseo es volar. Un día encuentra a un gato, que le habla de la Isla Salvaje, donde tienen retenido a un dragón, que podría hacer su sueño realidad. Así que decide partir en un barco hacia la isla, donde se enfrentará a diversos peligros que sabrá resolver con ingenio.

Lo que más llama la atención de esta historia es su protagonista, no porque se llame Elmer, sino porque la narradora en todo momento se refiere a él, en tercera persona, como “papá”. En todo momento nos da la sensación de estar escuchando un cuento que la narradora está contando a su hijo a la hora de dormir. No solo porque el padre encarne el papel de protagonista, sino por el desarrollo de la historia, los conflictos que se presentan y la manera de resolverlos. Una aventura de final feliz, en la que el protagonista se va enfrentando a diversos animales, a los que distrae o ayuda gracias a su ingenio y a algunos objetos que lleva en su mochila (chicle, piruletas, gomas, cepillos de dientes, un peine…), siempre de un modo muy naif, con ese encanto de los cuentos de hadas, en los que la lógica interna del relato resiste cualquier prueba de verosimilitud que podamos aplicar. La virtud de la narración, no obstante, es la imaginación de la autora, que es capaz de sorprendernos y divertirnos con la distintas personalidades de los animales, muy bien desarrolladas en sus diálogos, o los disparatados retos que tiene que enfrentar Elmer/papá.

Las ilustraciones, en blanco y negro, son meramente descriptivas, pero tienen ese encanto vintage que combina muy bien con el tono del relato. Una de esas historias breves y sencillas, sin mayores pretensiones, en las que cualquier cosa puede ocurrir, en las que nos sentimos a salvo acompañando al protagonista a islas lejanas y peligrosas, porque sabemos que, de alguna manera, se acabará saliendo con la suya.

El dragón de papá (Ilustración de Ruth Chrisman Gannett)

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