Fernando Krahn
Ilustraciones del autor
SM, Madrid 2001
Un buen día desciende del cielo un emisario divino; un ángel que consuela por igual animales y hombres. Ha venido a aliviar algunos entuertos y sinsabores de nuestras complicadas vidas terrenales. En el recorrido que emprende va alimentando literalmente (con pasteles, helados, pollos e, incluso, un buen “vino de cosecha celestial”) a las personas, contribuyendo así a mitigar sus penas. El amor se expresa, una vez más, a través del alimento. Como sacado de una película de Wenders, este ángel entra en la vida mundana sin demasiados equívocos al escoger como guía a un vagabundo. A éste ayuda constantemente y, como reza el refrán, no sólo le da el pescado para comer sino que también le enseña a pescar, consiguiéndole un oficio gratificante dentro del gran circo.
Dejando al margen las alusiones religiosas, este libro-álbum cuenta una historia donde los personajes se comportan como gente corriente de nuestra época: dos personajes desconocidos viven un momento de complicidad, disfrutan un fortuito encuentro. Se acompañan, comparten un tiempo juntos y luego se despiden, beneficiándose del intercambio. No tiene mayor importancia si el ángel decide quedarse o no, ni tampoco si ambos amigos vuelven a verse, lo importante es el momento vivido. La recompensa es sencillamente el bienestar que tal situación genera.
Fernando Krahn, caricaturista e ilustrador chileno radicado en Sitges, es reconocido internacionalmente por su trabajo de humor gráfico. En este libro ha practicado ambos oficios, escribir e ilustrar. En una entrevista ha dicho: “Descubrí cómo un texto puede apuntalar un dibujo, a la inversa de cómo es lo habitual en un texto original, en que un dibujo apuntala lo escrito.” Sus ilustraciones en colores vivos y con abundantes detalles le han valido el Premio Internacional de Ilustración de la Fundación Santa María 2000.
El buen amigo del cielo es una historia sencilla y con momentos divertidos, aunque el cierre de la narración resulta un tanto abrupto.