Peter Schössow
Santa Marta de Tormes (Salamanca): Lóguez, 2006
En un período breve de tiempo, nos han llegado dos libros de un ilustrador alemán llamado Peter Schössow (Hamburgo, 1953), hasta hoy desconocido en nuestro país. El primero, son dos poemas de J. W. Goethe, El mar en calma y viaje feliz (Juventud, 2005). El segundo, al que nos referiremos en esta crítica, es un álbum del cual él es autor del texto y de la ilustración: ¿Cómo es posible??! La historia de Elvis. Un título capaz de sugerir diversos temas y vías a tratar y de crear expectativas. En la cubierta, una niña que camina y lleva a rastras un bolso; una niña que mira al suelo con cara de preocupación y de introspección y que, de entrada, no ayuda al lector a vislumbrar el tema, simplemente lo invita a seguirla al interior del libro si quiere conocer esta supuesta misteriosa historia.
¿Cómo es posible??! es un nuevo álbum sobre el tema de la muerte de un ser querido, en este caso, del pájaro de la protagonista llamado Elvis, como el famoso cantante de rock. La estructura del cuento es piramidal, un viaje de ida y vuelta, así como lo es la del clásico Donde viven los monstruos de Maurice Sendak, o la de Vamos a cazar un oso de Michael Rosen y Helen Oxenbury. Pero este no es un viaje a algún lugar concreto como una isla o la cueva de un oso, este es un viaje al centro de un sentimiento. En la primera parte de la historia, que avanza con la intriga in crescendo hasta el mismo centro de la misma, encontramos a seis personajes a cual más surrealista -un perro, un oso de peluche, una señora alta, un señor bajito, un señor aún más bajito y un señor con alas, parecido a un mosquito- que observan, como hace el mismo lector, la actitud de la protagonista y se hacen preguntas acerca de lo que acontece a esta niña que lleva a rastras un bolso y que se para a ratos, en medio de la gente y del parque por donde pasea, para gritar la expresión que da título al libro: ¿Como es posible??! Los seis personajes hacen el papel de narrador, en primera persona del plural. Ellos son los que observan, se preguntan y siguen a la protagonista, tal como hace el lector, que también observa y se pregunta acerca de lo que sucede y preocupa a la protagonista.
Es como si el autor, con una cámara, nos muestre una escena y unos personajes, con un texto tan breve y escueto que no desvela ningún detalle de sus interioridades, y sea el lector quien observe y haga sus propias interpretaciones. Los personajes son el centro de atención de esta cámara y su enfoque, y como tales se encuentran destacados de forma clara, y tratados gráficamente en color sobre un fondo difuminado y monocolor, como si se tratase de la profundidad de campo de un fotograma.
Una vez, en el centro de la historia, los seis personajes preguntan directamente a la protagonista el porqué de su situación, y ella les responde: “Elvis ha muerto”, les abre su bolso y les muestra el cadáver de su amigo. Empieza una segunda parte, primero con sorpresa y dolor, y a medida que desciende hacia el final se va suavizando la tensión, el dolor de la protagonista, apaciguando y el tema que genera este dolor se convierte incluso en un tema y una situación donde es posible poner una pizca de humor.
Esta segunda parte de la historia muestra el consuelo que le ofrecen los seis protagonistas a la niña y el entierro de su pequeño amigo. Podría convertirse en un momento trágico, pero el autor y los protagonistas intentan suavizar el asunto y hacer que la niña hable muy brevemente -en una doble página- de su ser querido y recuerde sus cualidades con una sonrisa en la boca. Una segunda parte que se convierte en una dulce despedida del ser y un alivio de la pena conocida. El lector también se alivia, junto a los protagonistas.
¿Como es posible??! es una historia para primeros lectores que se añade a las que estos últimos años nos han ido llegando sobre la muerte y los sentimientos que esta genera, un tema hasta hace unos años tabú en la literatura infantil. Una historia bien planteada, que combina a la perfección un texto y una ilustración muy precisos, que abre expectativas desde un principio, que crea, mantiene y dosifica la intriga, y que trata el tema con suavidad y delicadeza, con un poco de humor y ternura, con mucho ingenio. Puede ser útil para incentivar una conversación con los niños sobre el tema, pero ante todo, nos encontramos ante una buena historia para narrar, leer, observar y compartir.