Si obligar a leer fuese efectivo, seguramente nuestras puntuaciones en los diferentes estudios sobre hábitos de lectura resultarían extraordinarias. Pero no, no lo son. La base sobre la que se sientan las últimas investigaciones invitan a que la lectura se fomente desde la diversión, la motivación y, muy especialmente, mostrar la lectura como una vía de ocio más que complemente a otras (videojuegos, televisión, etc…). La lectura nunca es sustituta de otras vías de entretenimiento, sino que es una más.