Desde su adolescencia, el autor e ilustrador inglés Chris Priestley (Hull, 1958) ha sido un fan de la literatura de terror. Ya de niño, solía escribir y dibujar sus propias historias; de hecho, recibió su primer reconocimiento literario a la edad de nueve años. Fue un lector empedernido de cómics, pero también devoraba ávidamente los relatos de renombrados autores del género del horror y la ciencia ficción.