Esta brevísima joya narrativa fue escrita y publicada en la década de 1930, en plena Rusia estalinista. Para entonces, el autor ya había sido encarcelado por sus propuestas estéticas y el peculiar estilo de sus textos, que no solo no se avenían a las «recomendaciones» del régimen, sino que pululaban por terreros ajenos a la gloria patriótica y al sentido común. De hecho, esa vía de coherencia consigo y de compromiso con su escritura acabaría costándole la vida a Jarms, que murió de hambre en su segundo encarcelamiento, en Leningrado, en 1942.