Artefactes

José Antonio Portillo
Ilustraciones de Carmen Puchol
Pontevedra: Kalandraka, 2003

“Artefacto. (Del latín arte factus, hecho con arte.) (Diccionario de la RAE).

1. Encontré una caja-estuche y al abrirla: ¡sorpresa!, un libro, un cartón y una bola de papel. “La curiosidad mató al gato”, ésta me llevó a coger la bola e intentar leer algunas palabras escritas en ella. Después jugando con la bolita entre las manos ver el resto.

2. El cartón resultó ser un “cartón de instrucciones” que informaba sobre el contenido del “artefacto”: ¿cómo reconstruir e inventar una historia a partir de una bola de papel?. Por fin comprendí que se trataba de una propuesta de creación literaria.

3. ¿Y el libro?: otro artefacto, donde se narra un paseo por la playa de Benicàssim y el descubrimiento de un cofre, que contenía un libro y una carta (de instrucciones) de esperanza para reescribir el mundo. Una niña de ocho años cuenta su trágica historia. Ante la destrucción de su pueblo decide salvar sus libros de una manera muy peculiar en pequeñas bolitas de papel y guardadas en un libro arrojarlas al mar. Para que quien encuentre el libro, quien encuentre las bolas pueda reconstruir sus historias.

4. El circulo se cierra, era un libro artesanal que contenía unas bolitas de papel con las que jugar y recrear…

5. Pero quedan las ilustraciones que vuelven una vez más a la historia (a estas alturas había leído la historia tres veces, en el cartón, en el texto del libro y en las ilustraciones y la verdad no sé si estoy animado para escribir una historia como Rodari y su binomio fantástico y enviarla por correo a Albena Teatre).

6. Un tanto desorientado decidí indagar en internet: www.albenateatre.com. Y comprendí que para entender la propuesta habría que ir al teatro donde se narran las historias que este libro insinúa.

Es lo que tienen algunos libros con propuestas “innovadoras”, que uno no sabe muy bien qué son, a quienes van dirigidas, por qué…

El propio “artefacto” es curioso y me atrevería a decir bonito. Las ilustraciones narran muy bien la historia, quien redunda en este caso es el texto. Para quien esté interesado en la técnica comentar que son fotografías con retoque pictórico.

No debo olvidar dar un tirón de orejas a los editores de Kalandraka que nos están mareando un poquito con sus tipografías y sus efectos, lo digo en pos de una buena legibilidad y lecturabilidad.

Lo demás, como dijo Monterroso, es silencio.

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