Enrique Quevedo
Sevilla: Tres Tristes Tigres, 2015
Que el mundo se encuentra habitado por toda suerte de seres extraños es algo que se sabe desde antiguo y que nadie, en su sano juicio, podría cuestionar. La apertura de portales interdimensionales está a la orden del día y los seres humanos nos vemos obligados a convivir con algunos de esos seres que, en ocasiones, rondan nuestros dormitorios. Cocos. Brujas. Monstruos. Sobre todo monstruos. Monstruos de todos los tipos, tamaños y colores.
Es por eso que se hace tan necesaria la existencia de este libro. Los que nos movemos por pasillos a oscuras en las noches frías estábamos pidiendo a gritos una guía que diera buenos consejos para hacer más llevadera la convivencia con monstruos. Porque sí, es posible. Es posible llevarse bien. Si por casualidad eres un monstruo y no un humano quien está leyendo estas líneas, has de saber que sí, también posible la convivencia a la inversa y que este álbum os dará las claves, monstruos del mundo, para soportar la pesada y constante presencia de personas.
Enrique Quevedo, al que conocíamos por La hora de los relojes y El gran mago del mundo, escribe e ilustra esta guía útil. Y lo hace creando un doble homenaje: a Gorey y a Sendak. La temática monstruosa nos trae ecos, por supuesto, de Donde viven los monstruos y las ilustraciones son Gorey en estado puro, tanto en personajes como en ambientes, con escenarios que recuerdan a El ala oeste o El dios de los insectos. Oscuridad y sarcasmo. Humor e imaginación. Ahí es nada. Sin embargo, los monstruos que se retratan en las ilustraciones de Al caer la noche no son ni Gorey ni Sendak, son puramente Quevedo: mitad máquinas, autómatas con sus palancas y engranajes. Todo ello acompañado de un texto inteligente, sencillo y directo, que se dirige al lector en segunda persona, lo lleva a su terreno y le abre todo un mundo de posibilidades.
En definitiva, este es un álbum cuya lectura recomiendo para las noches oscuras, esas en las que sopla un viento (¿de dónde?) y la vela se apaga. Para niños de todas las edades que se ven obligados a convivir con monstruos. Y también para monstruos que no pueden dejar de tropezarse con niños por todas partes.
Muy agradecid@s.
Fdo: L@s monstru@s 🙂