Gilles Rapaport
Madrid: Edelvives, 2003
Este álbum, en su primera edición francesa, fue publicado por la Editorial Circonflexe en 2002 con el título 10 petits soldats. En la página del Centre International d’Études en littérature de Jeunesse, Ricochet, centro creado en 1988 por Janine Despinette para el comentario y análisis de literatura infantil y álbumes ilustrados, lo recomiendan a partir de los 8 años.
Lo cierto es que en las obras narrativas entiendo, en la mayoría de los casos, la eterna cuestión de las edades, pero en álbumes como el que tengo entre las manos… Francamente, creo que es un buen regalo para cualquier edad. De hecho, cada vez más se publican en España álbumes destinados a un público sin edad, y muchos de ellos, como es éste, permiten (o deberíamos decir proponen) una doble lectura para niños y adultos.
Pero vayamos por pasos. En primer lugar el autor: una muy grata sorpresa. El lector que ha visitado la página que le recomendaba con anterioridad, tiene la oportunidad de ampliar su conocimientos visitando su página personal (con un diseño fantástico, como puede comprobar). En ella le informarán que el autor Gilles Rapaport nació en París en 1965 y que la mayoría de sus obras las ha publicado con Didier Lévy. No vamos a repetir lo que ya le dice él mismo y, por lo tanto, vayamos a comentar su obra.
Fascinante seria una adjetivo sencillo, pero si usted es de los de “No a la guerra” aquí tiene un nuevo argumento donde incluso puede permitirse esbozar una sonrisa. Los 10 soldados (me gusta más el título francés: diez pequeños soldados) se van a la guerra con una sonrisa en los labios y una flor en el fusil que nos recuerda una antigua revolución. Pero el contraste de la sonrisa y la flor lo pone una reina en amarillo y negro con una mano y un dedo que traspasa la página de la derecha e invade la izquierda. Acompañada de dos perros cuyos dientes se asemejan a los de la reina.
Cuando cogemos el libro, el título y la portada no aporta mucha información sobre el contenido real de la obra, pero cuando abrimos la historia: un pájaro amenazador de trazos gruesos y garras perturbadoras ataca un pequeño ratón que quiere escaparse por la derecha de la página. Una buena metáfora del contenido de la narración: la guerra amenazante y el soldado que corre a escaparse.
A partir de aquí todo puede pasar: cada página del álbum hace desaparecer un soldado desde unas situaciones absurdas que hilvanan el pensamiento final: una situación absurda, más otra situación absurda, más otra más origina EL absurdo: la guerra. Todo ello con un texto que recuerda una antigua canción infantil.
El contrapunto a la sonrisa de la situación lo pone el tipo de ilustración, en palabras de Ricochet: “Les illustrations aux traits brut, saccadés et violents expriment la souffrance et la betise de ce drame, de «10 soldats [qui] partent à la guerre pour défendre, pour défendre… je ne sais plus quoi». D’horribles oiseaux noirs, rouges et or symbolisent les ennemis.”
Una mirada irónica sobre una situación que te puede transformar la sonrisa en una mueca ante unas imágenes y un texto que se complementan para trazar un juego de situaciones pintorescas, casi anecdóticas, una propuesta artística que te permite retornar a las páginas de un álbum que sin duda no te deja indiferente.