Treinta y tres días antes de conocerte

Treinta y tres días antes de conocertePaloma Muiña
Ilustraciones de Cinta Villalobos
Madrid: Anaya, 2013
IV Premio de Literatura Infantil Ciudad de Málaga, 2013

Se acaba el mes de julio y parece que todo va a seguir igual. Todo es: calor, trabajos domésticos, enfados de mamá, siestas aburridas, tele… Pero lo que no sabe Jaime es que algo está a punto de cambiar en su agosto sofocante.

Unos nuevos vecinos se instalan en la casa de al lado. Son un tanto peculiares. O incluso más. Se ve a simple vista, pero se constata en el trato del día a día. Un bizcocho casero recién hecho por la madre de Jaime marca el pistoletazo de salida. En vez de un café de cortesía, de bienvenida, la buena señora piensa que un bizcocho puede estar mejor. Y lo está, según las alabanzas recibidas.

Jaime llama a la puerta de los vecinos para darles el regalo de cordialidad. La puerta se abre y Jaime espera. Y espera hasta que se abre la puerta sin necesidad de un “Ábrete sésamo”. Sin darse cuenta, Jaime ya ha traspasado la línea. No hay tesoros escondidos, solo personas, miembros de una misma familia.

Capítulo a capítulo, Jaime va descubriendo cómo de raros son los vecinos. Incluida “ella”. Pero a “ella” no la ve, en cierto momento escucha su voz de espinacas a través de teléfono. Día a día la va conformando en su cabeza. Así hasta treinta y tres días. El tiempo suficiente para dar cuenta de unos personajes singulares que sin llegar a ser colegas de los intérpretes de Freaks de Tod Browning poco les falta, aunque igual exagero. Igual la cosa queda dentro de una familia Addams de provincias. Una madre probadora de trajes, complementos y tintes de pelo, un padre trajeado, ocioso y enamorado de las películas del Oeste, un fantasma adolescente que sobrevuela a la familia, un abuelo con demencia senil, una abuela en blanco y negro que está y no está, un gato feísimo que… Y la “nena”, de la que apenas sabemos nada, pero que parece la única sensata de la Gran Familia. Una “nena” a la que Jaime va conociendo por fragmentos, como piezas de puzle que va conformando según avanza la narración.

Si escribir ficción es algo parecido a recordar algo que nunca ha sucedido, Paloma Muiña nos propone un juego creativo divertido con final feliz y sorpresivo. Claramente transgresora en momentos, inteligentemente correcta en otros; con un estilo ágil, con unos diálogos certeros, expresivos, con una narración brillante en segunda persona, la escritora Paloma Muiña consigue que entremos en esta microfauna “familiar” sorprendente e inaudita. Paloma Muiña enfoca, aproxima la lente y, bajo la mirada del “inocuo” narrador, nos permite ver con comodidad esta singular fauna, como en un documental de sobremesa. Pero sin que se nos escape un solo bostezo. Al revés, la sonrisa se cuela ante el ágil discurrir de los personajes construidos de forma sólida por la autora. Tal vez algún capítulo más no habrían sobrado ni al libro ni al lector. Tal vez el comienzo de todos los capítulos por la cifra exacta de días que faltan para el feliz encuentro con la “nena” hubiese sido bueno, o tal vez un exceso. No sé. Sí sé que los lectores se van a divertir con la lectura. Pequeños y grandes. Grandes y pequeños. Incluso algún adulto pensará en cierto vecino que…

Las imágenes las pone Cinta Villalobos. Ilustraciones graciosas, simpáticas, con trazos reforzados que acentúan los personajes de esta original familiar.

Treinta y tres días antes de conocerte ganó el IV Premio de Literatura Infantil Ciudad de Málaga 2013. Y eso está muy bien. Bien por la entidad que convoca y bien por el jurado que falló. Porque, mientras no se diga lo contrario, estamos bajo ese epígrafe de “Literatura”, que impone. O debería imponer a la hora de galardonar. Y aquí, amigos, la hay. Feliz lectura.

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