Algo tiene el noreste de EEUU (estados como Nueva York, Massachusetts, Maine) que ha inspirado relatos espeluznantes de autores como Lovecraft o Stephen King. Lugares reales (Hydesville, Salem), e imaginarios (Dunwich, el río Miskatonic o Arkham) son tan sonoros y sugerentes que basta dar un paseo virtual por alguna de las angostas carreteras que los recorren para que la imaginación eche a volar.