Stefano

StefanoMaría Teresa Andruetto
Madrid: SM, 2011

“Si un libro es un modo de conocer, una manera de penetrar en el mundo y buscar el sitio que nos corresponde en él, Stefano me permitió recuperar la sensación de hambre, desarraigo, extrañamiento, de hombres y mujeres que un día se marchan de su tierra, en busca de una vida mejor”

Con estas palabras María Teresa Andruetto sella la obra que dedica a su padre, un inmigrante italiano que escapó de la pobreza buscando trabajo y oportunidades en la que, en aquel momento, era una suerte de tierra prometida: Argentina. La historia de los inmigrantes se repite una y otra vez a lo largo del tiempo, Stefano (1997) es uno más de esos relatos eternos.

En este cuento se juega constantemente con las polaridades: se retrata la crudeza del hambre, el despojo y las despedidas, como también la ternura de los encuentros y la familia, la que se dejó y la que se construye en un nuevo lugar.

Al mismo tiempo, se entraman dos viajes en los que el protagonista tiene que embarcarse; por un lado el pasaje de una cultura a otra y el luto por el hogar que se abandona, y por otro, una aventura interna, el paso a la adultez, la toma de responsabilidades y el duelo por la infancia perdida y la inocencia que se deja atrás.

Los fragmentos de la travesía de Stefano, su viaje desde Italia a Argentina, el naufragio del barco y sus primeras experiencias sexuales son contadas por el narrador como la odisea de un héroe. Pero en algunos momentos, la voz del protagonista, muchas veces teñida de culpa, toma la palabra y confía sus recuerdos de la infancia, los más queridos y cercanos.

Es la voz de la madre en estos recuerdos que aparece gruesa y se destaca del resto de las palabras, una memoria que perdura a lo largo del tiempo y que cuando se evoca aparece con una fuerza que derriba los años, como un aquí y ahora.

Stefano se puede leer a la luz de los acontecimientos que suceden hoy, permite sumergirse este mundo –el que aparece en las noticias, en los diarios, del que se habla en los bares o en mesas familiares– y, como dice Andruetto, penetrar en él.

En el abanico de las historias de vida habrá algunas más felices, con momentos amenos para contar, como también muchas otras que serán oscuras y difíciles de compartir. Tal vez los motivos hayan cambiado con el tiempo, las guerras tengan otro nombre y los protagonistas sean otros, pero los inmigrantes siempre han existido y siempre existirán.

4 comentarios en “Stefano

  1. Chinca C. Salas R
    20/09/2019 a las 15:09

    Un cuento con grandes moralejas, enseñanza de vida para triunfar y da pie al coraje a las nuevas generaciones, ejemplo a seguir.

  2. Belén
    12/06/2019 a las 02:17

    Se puede conseguir en cualquier librería!

  3. M Ines Ormaechea
    11/06/2019 a las 15:47

    Cómo conaigo el libro en Argentina, ciudad de Santa Fe?

  4. Maria Cristina Scibona
    11/06/2019 a las 12:27

    Como conseguir este libro que parece para mi, ser apasionante, en Argentina? Gracias.

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