Los fantastibulosos mundos de Roald Dahl

Los fantastibulosos mundos de Roald DahlStella Caldwell
Ilustraciones de Quentin Blake
Traducción de Eleonora González Capria
Barcelona: Urano, 2016

Con motivo del centenario del nacimiento de Roald Dahl, al que muchos consideramos el mejor escritor de literatura infantil que ha existido, la editorial Urano -en su sello Uranito- publicó a finales del pasado año este curioso libro que disfrutarán todos los admiradores del autor británico. A modo de cuaderno de notas de gran formato, con una edición muy cuidada, recorreremos los entresijos de sus obras infantiles más conocidas, y también conoceremos datos curiosos sobre su vida y su forma de escribir. De hecho, el libro comienza con una serie de fotos de la cabaña donde escribía (con lápiz y un bloc amarillo), recuerdos familiares de su infancia y juventud como piloto de combate, de sus hijos jugando en el carromato del jardín…

La obra está dividida en tres bloques: “Magia y caos”, “Adultos crueles” y “Animales y seres fantásticos”. En cada uno se nos presentan los libros más importantes de Roald Dahl imitando un cuaderno que podría haber elaborado el propio autor para recopilar las notas con las que escribir sus obras: cartas (como la de un cliente insatisfecho del padre de Matilda), tarjetas de visita (la del GGB, por ejemplo), recortes de prensa (las noticias referentes a la búsqueda del billete dorado de Charlie y la fábrica de chocolate), fotografías (la del carromato de Danny, campeón del mundo), anotaciones (la que manda el Sr. Cretino al arquitecto de su casa), facturas (la de los animales que compró el señor Hoppy en Agu Trot)… Y, por supuesto, las ilustraciones de su inseparable Quentin Blake, sin el que ya no es posible imaginarle.

Los fantastibulosos mundos de Roald Dahl

Un compendio caótico y fragmentado de curiosidades y guiños que, si bien no podrán aprovechar al máximo los que no hayan leído nada de Roald Dahl, sí que hará disfrutar a los seguidores de su obra, que, como si fuera un making off, pasearán por las páginas recordando los memorables personajes, animales y objetos que aparecen en sus libros. El título también es un guiño a una de sus obras, El gran gigante bonachón, experto en deformar las palabras: “¿Solo fantástica? ¡Es supercurriformidosa! ¡Fantastimirable!” (edición de Noguer traducida por Herminia Dauer).

Como material extra, en varios pasajes del libro se incluyen pequeños gadgets en forma de solapas y libretos, como la “Guía de Loompalandia” o “El manual del brujófilo (para reconocer a las brujas)”. Y también hay una sorpresa final, en la última página, firmada por el propio Roald Dahl. Para cerrar el libro con buen sabor de boca.

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