Historias de ratones

Historias de ratones (Arnold Lobel)Arnold Lobel
Traducción de Xosé Manuel González
Kalandraka, 2000

Todo un clásico que sobrevive al paso del tiempo. Esa es, según muchos, la prueba del nueve. Y también sobrevive a una lectura adulta. He aquí otra prueba.

Un libro imprescindible, que en su día editó Alfaguara, y que ahora nos trae Kalandraka con la misma presentación. Por eso, los que crecimos aprendiéndonos de memoria estos cuentos de Lobel, no echamos de menos casi nada, si acaso el desgaste de las hojas, manoseadas una y mil veces por el paso de tantas lecturas.

Un papá ratón, generoso donde los haya, decide contarles un cuento para dormir a cada uno de sus pequeños ratoncitos. A partir de aquí, siete cuentos nos acompañan, unos geniales, otros tiernos, otros graciosos… Todos ellos con un texto conciso, sin adornos, pero agradable y evocador, y unas ilustraciones igual de sencillas y evocadoras. Cuentos inolvidables como “El baño” o “El viaje” (uno, en su infancia, también tenía sus preferencias) nos trasladan a un mundo de ratones de cara picuda y expresiva a los que les pasan las más insólitas aventuras.

Qué difícil es encontrar un libro que, treinta años después, sigue cautivando a los niños, y qué bien que haya editoriales que sigan haciendo posible que lo lean.

2 comentarios en “Historias de ratones

  1. natalia
    21/10/2019 a las 15:30

    Mi mamá me compro este libro cuando yo era pequeña y fue uno de mis favoritos para leer, hoy a mis 35 años se lo compre a mi hijo y también le encanta, en mi opinión es un hermoso y entretenido libro que nos lleva a un mundo de fantasía de pequeños seres como son los ratoncitos .

  2. Teresa Ubeira Hernández
    27/06/2012 a las 15:14

    Compré este libro, por primera vez, cuando mi hijo mayor tenía 4 años.(Ahora tiene 34) ¡Cuánto disfrutamos los dos con su lectura! Volví a comprarlo para mi segundo hijo, con letra cursiva y algo de color en sus ilustraciones. Seguimos disfrutando. Lo recomendé en mi colegio para niños de infantil y primer ciclo de primaria. Fueron muchas las generaciones de alumnos que gozaron con sus historias. Por supuesto, he comprado también la edición de Kalandraka, y espero, próxima ya mi jubilación, contárselo a mi nieto.
    En cierta ocasión, contestando a la dueña de una librería que intentaba persuadirme para que no lo comprara porque era muy antiguo, le respondí: Señora, más antiguo es “El Quijote” y sigue siendo el número uno. En mi opinión, es un libro que “engancha” y no debería faltar en una biblioteca infantil.

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