Narrativa juvenil

Las eternas

Las eternas

Ambientada en la Venecia de principios del siglo XX, Las eternas es una novela que mezcla el misterio con el romanticismo, la estética steampunk con un ambiente de estilo victoriano, todo ello en Venecia, una ciudad tan atractiva y adictiva cuando se muestra sofocada por el sol como cuando es devorada por la bruma, y que se convierte en protagonista justo y necesario para apreciar la totalidad del argumento.

Esta, la vida

Esta, la vida

Hasta terminar de leerla, nunca había podido imaginar que esta novela dedicada a describir la lucha cotidiana de los animales de la sabana africana por sobrevivir pudiera ser tan adictiva y absorbente, que pudiera leerla con el mismo interés con el que lo haría si se tratara de una historia de acción protagonizada por un cazarrecompensas y un fugitivo; afortunadamente, la realidad es muy capaz de superar las mayores expectativas y este libro, cuyo argumento gira en torno a las vivencias de un leopardo hembra y un joven impala macho, lo consigue.

Alí y Nino

Alí y Nino

Cuando abro un libro y me dispongo a leer es porque secretamente espero que la lectura me transforme, me emocione y me haga crecer hacia adentro. Indiscutiblemente hay historias que lo hacen y que, mientras pasan por mí, mientras me atraviesan, van dejando huellas. Historias que jamás pasan de moda, que mal que nos pese siguen siendo rigurosamente actuales. Alí y Nino se publicó por primera vez en Alemania en 1937; eran años turbulentos en los que se estaban trazando fronteras. ¡Vaya, igual que hoy día!

El horror de Dunwich

El horror de Dunwich

Algo tiene el noreste de EEUU (estados como Nueva York, Massachusetts, Maine) que ha inspirado relatos espeluznantes de autores como Lovecraft o Stephen King. Lugares reales (Hydesville, Salem), e imaginarios (Dunwich, el río Miskatonic o Arkham) son tan sonoros y sugerentes que basta dar un paseo virtual por alguna de las angostas carreteras que los recorren para que la imaginación eche a volar.

Terror en la red

Terror en la red

Todo el mundo sabe que un cuchillo no es intrínsecamente bueno ni malo, que la diferencia en su consideración estriba en el uso que se le dé, cortar pan o rebanar un pescuezo; lo mismo sucede con la red, aunque lo paradójico en ella es que lo mejor y lo peor vienen a ser la misma cosa, que es prácticamente incontrolable. De este tema tan presente en nuestra vida diaria trata Terror en la red, una novela repleta de acción y suspense en la que Facebook se convierte en un arma de destrucción masiva en manos de alguien que, de nuevo paradójicamente, pretende acabar con todo rastro de tecnología por considerarla maligna; y, lógicamente, los más débiles, los más sugestionables ante la fascinación de un elemento de comunicación global son los más jóvenes, que se convierten aquí en objetivo prioritario de una secta de nombre Koruki-ya, capaz de llegar al asesinato ritual para lograr sus fines.

Carolina

Carolina

Yo quería escribir un comentario sobre el penúltimo libro que he leído como suelo hacerlo siempre, inmediatamente después de terminarlo, cuando aún están frescas las emociones que me llevan al teclado. Con Carolina no pude. Quizá sea la sencillez con que está contada la historia en primera persona. Tal vez porque la propuesta narrativa se asemeja a las interminables redacciones que nos hacían escribir los profesores en el instituto; o puede que haya sido la dureza simple de algunos pasajes, o la soledad interior que no solo se narra sino que se siente al leer… Tal vez fue el cúmulo de situaciones relatadas, no lo sé, pero casi llegando al final comencé a llorar y no pude detenerme hasta mucho más tarde de cerrar el libro.

La corona tartesia

La corona tartesia

Situada en el siglo V de la Era Cristiana, La corona tartesia es continuación de una saga –cuyas dos primeras partes son El sello de Eolo y La tabla esmeralda– protagonizada por una familia que se convierte en testigo del esplendor y la decadencia del Imperio Romano y que presenta como factor común a los tres títulos los inicios y el posterior desarrollo del cristianismo.

Kipling ilustrado

Kipling ilustrado

Este lujoso volumen de gran formato, cuidada edición e impresión, y una cubierta que creemos que no hace justicia al contenido, se publicó con motivo de la exposición que tuvo lugar en el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM) el pasado año 2011. Además, fue galardonado con por el Ministerio de Cultura con el Premio a los Libros Mejor Editados de ese año en la categoría de literatura infantil y juvenil.

La isla de Bowen

La isla de Bowen

Ya en otras ocasiones se ha hecho constar desde estas páginas que para que una obra se ajuste a la perfección al género de aventuras, debe contar con una serie de elementos fundamentales, como uno o más protagonistas con un cierto carecer heroico que se encuentren con un misterio que quieren y necesitan resolver, que estén dispuestos a enfrentarse a graves peligros en su camino, que tengan ante ellos a uno o más contrincantes de su nivel y que, por fin, el misterio se resuelva y el bien triunfe.

La frontera negra

La frontera negra

Leo poca literatura de terror, no es un género que me atraiga y además puedo decir que en algunas ocasiones me he sentido decepcionado por novelas que prometían mucho y cumplían poco. Si me arriesgué con La frontera negra fue, sencillamente, porque me atrajo el texto de la contraportada, ni más ni menos; era un riesgo asumible que podía amortizar en la página 20 si el interior no respondía a mis expectativas, pero mira por dónde, en esta ocasión al arrojar la moneda ha salido cara, cara de la buena.

Ciudad sin estrellas

Ciudad sin estrellas

El futuro en negativo, la distopía, es un tema recurrente en la literatura, quizá más cuando se viven periodos convulsos, como el que sufrimos en la actualidad. Lo oscuro, lo triste, el desánimo… se subliman al pasar a la letra impresa y se pronostica la victoria de los villanos. Resultado, una asfixiante atmósfera en la que se vive sin las libertades fundamentales.

El diablo en Madrid

El diablo en Madrid

El diablo en Madrid es un título, en cierto modo, engañoso; engañoso porque para Daniel, el protagonista fundamental, Lothar Keir, lejos de ser la personificación de un demonio no es sino uno de esos héroes que en los primeros años de la guerra, cuando las fuerzas del Eje contaban sus acciones por victorias, aparecían una vez sí y otra también en las revistas de propaganda patriótica alemana y, por extensión, española; uno de esos iconos que luchaban denodadamente contra las fuerzas del mal con la intención de salvar la civilización occidental –al menos esa era la propaganda oficial.